Contra la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta aproximadamente al 10 % de la población adulta española y a más del 20 % de los mayores de 60 años, es clave la prevención y el control de la diabetes y la tensión arterial, recuerda el doctor Manuel Angoso, nefrólogo del Hospital Vithas Valencia Consuelo.

«Es importante la detección precoz y evitar la progresión de la ERC, ya que el daño en los riñones puede conducir, en el peor de los casos, a insuficiencia renal severa con la necesidad de diálisis o un trasplante renal», explica el experto, quien advierte de que en personas con hipertensión arterial y diabetes, la cifra de afectados por enfermedad renal crónica se dispara hasta el 40 %.

Según el profesional, «aquellas personas que reúnen factores de riesgo -hipertensión arterial, diabetes, antecedentes familiares de enfermedad renal, edad por encima de 60 años, colesterolemia, etc.- se deben someter a controles nefrológicos con el fin de diagnosticar y frenar la enfermedad desde el principio».

El problema se agudiza por el retraso en el diagnóstico de la ERC, que impide un control de la patología en sus estadios iniciales. «Muchas personas no tienen ningún síntoma hasta que la enfermedad renal está muy avanzada, produciendo una pérdida importante de su función que en el mejor de los casos se puede detener, pero nunca recuperar», afirma.

Cuando la enfermedad ya está en progresión existen varios síntomas que nos pueden indicar que los riñones están siendo dañados como es la hinchazón de pies, tobillos, manos u ojos, pérdida de apetito, fatiga, dificultad de concentración, necesidad mayor de orinar o presión arterial desajustada, incluso náuseas o picazón.