El rey Fernando III, el Santo, rey de Castilla, conquistó Cuenca y teniendo cerca Valencia, pensó en hacerse con ella también. El rey moro de Valencia, Zeyt-Abu-Zeyt, recelándose la conquista quiso pactar con el rey castellano y aconsejado por su hermano Al Bayyasi, el Baezano, se fue a verle y le ofreció pactar. El rey estaba en Moya en marzo de 1225 con su Corte donde le recibió, ofreció tributos y prestó juramento de vasallaje perpetuo al rey castellano.

Por esta razón Fernando III no vio necesidad de bajar a Valencia y dirigió sus campañas militares de recuperación de los territorios ocupados por los moros para los cristianos más al centro y sur peninsular. Si el rey Fernando hubiese bajado a Valencia, probablemente la ciudad y su reino hubieran sido incorporados a Castilla y no a los Estados de la Corona de Aragón, cambiándose el rumbo de la historia.

 

Jaime I tenía por entonces 17 años y enterado de la maniobra urgió a los díscolos nobles aragoneses a unirse para hacer la campaña de Valencia. El 1 de octubre de 1225 se presenta con las tropas que había podido reunir en Peñíscola. Hasta allí el 21 de abril de 1229 va Abu Zeit a hacer un pacto de no agresión con el monarca aragonés. “E fonch nostre acord que haguessem tregua ab Zeytabuzeyt qui era llavors Rey de Valencia…” El joven rey prometió tregua y a cambio el moro le daría la quinta parte de las rentas de Valencia.

Dejó de lado el objetivo Valencia y aprovechó el paréntesis bélico para conquistar “el regne de Mallorques e les altres Illes que pertanyen adaquella”, “per fe de Deus,… per convertirlos e que tonen aquel regne a la fe de Deus”. Casi todos sus habitantes eran sarracenos. La connotación religiosa está presente en todo el período de la reconquista jaimina, que se convierte en una Cruzada de Liberación, impuesta por la Iglesia al monarca por la gravedad del pecado cometido al detener y encarcelar a Bernardo de Monteagudo, elegido por los canónigos de Zaragoza para ser obispo, impidiendo su consagración, con el fin de que la silla episcopal la ocupara un amigo suyo. Para poder redimirse de la pena de excomunión impuesta le exigieron hiciera un Cruzada de conquista para el cristianismo de los territorios musulmanes a la manera de las Cruzadas de Tierra Santa y con las debidas Licencias y Bulas de Roma.

Le fue bien la campaña de Mallorca y se propuso la de Valencia “la millor terra e la pus bella del mon… no hi ha huy tant delitos llogar com es la ciutat de Valencia, e tot aquell regne; e te be set jornades de terra de llonch. E si Deus vol que aquell conquirats, e volra ho, la millor cosa haurets conquista de delits, e de forts castells que sia al mon”. De las islas pasa a la península.

Burriana, Moncada y Museros

En 1235 está en Burriana, Moncada, Museros, … En 1236, se apodera del castillo de El Puig yplanta campamento, cuyas tropas infligen una gran derrota a las tropas de Ben Zeyan. Pasó al Grao y Russafa. Cerca la ciudad. Zeyan cuando se ve perdido, ya a mitad de septiembre y sin que le lleguen los refuerzos de Túnez, manifiesta su intención de negociar a Jaime I. Fueron largas y tensas las negociaciones. El 28 de septiembre de 1238, víspera de san Miguel, fueron firmadas las capitulaciones. Una de las capitulaciones establecía que todos aquellos muslimes de Valencia que quisieran seguir permaneciendo en Valencia y su término lo podían hacer salvos y seguros siempre que permanecieran “in nostra fide”. Es decir, debían hacerse cristianos, cosa que en el Islam además de estar mal visto, está prohibido.

El 9 de octubre de 1238 , “nostra era Valencia,… que metessen nostra senyera en aquella torra que ara es del Temple,… e nos fom en la rambla entre el Reyal e la torra, e descalvacam e dreçamnos vers orient e ploram en nostres ulls besant la terra, per la gran merce que Deus nos havia feyta”. Jaime I tenía 30 años de edad.