No quiere que se diga si es él o ella, ni que se le identifique con sus iniciales. Es otro testimonio más desde la residencia del Galileo Galilei, el colegio mayor que registra un brote de 168 contagiados y de los que 145 responden a una vinculación directa con la residencia.

«No sé ni cómo me he contagiado», explica. Su positivo le sorprendió porque además de no presentar síntomas no estuvo en la fiesta al encontrarse fuera de València ese fin de semana, una fiesta de la que sabe que «en teoría se había cancelado y al final se celebró».

Su sorpresa es mayor al ver el resultado de su entorno cercano en la residencia: todos negativos. Hasta la persona con la que comparte habitación es negativo por covid-19, persona con quien, añade, sigue compartiendo estancia.

«Como no haya sido en el comedor...». La frase suena a reflexión, a buscar un lugar, un momento, un motivo. En el comedor, explican varios de los residentes entrevistados a lo largo de estos días, no ha habido distancia de seguridad hasta la semana pasada con los alumnos ya confinados dentro, los turnos que estaban previamente organizados no eran respetados y se formaban colas a la hora de comer, especialmente a las dos de la tarde. Incluso se quejan de sentarse en sitios que prácticamente acababa de dejar otra persona sin ningún tipo de limpieza y coger bandejas con restos de comida.

Este testimonio, que se mencionará a lo largo del artículo como X para la facilidad de ser leído y descrito, cuenta que hasta el martes en el que le confirmaron el positivo de la PCR a la que se sometió el viernes estuvo bajando al comedor, aunque en el turno que correspondía a su planta, es decir, sin las colas que había anteriormente y con distancia en las mesas que antes no existían, según los alumnos, o no se respetaban pese a que sabían las normas, según la compañía.

Desde el martes, no obstante, X y la persona con la que comparte habitación reciben la comida en su estancia, un hecho que más que ser una buena noticia se ha convertido en un problema. «El martes se les olvidó y nos trajeron la comida a las 16.30, y porque llamamos para reclamar, pero peor fue la cena que nunca nos la llegaron a traer». Ayer, los horarios seguían con un ritmo descompensado a la normalidad y el desayuno no llegó hasta las 10 menos 15 (habitualmente asegura que iba sobre las 8) y la comida se hizo de rogar hasta pasadas las cuatro y cuarto de la tarde.

A la espera de que la bandeja llegue a su puerta está la visita diaria del médico «que va saturado», la ventana abierta y la mascarilla puesta durante todo el día para intentar no contagiar a la otra persona de la habitación. «No puedo ni siquiera estar a gusto en mi habitación, todo el día con la mascarilla», protesta. Desde el centro le han trasladado la importancia además de limpiar el aseo cada vez que lo utilice.

Aunque es posible que en las próximas horas se reorganicen las estancias y se le junte con otra persona que ha dado positivo. «Sí, nos han anunciado que nos van a cambiar, pero yo les he dicho que no quiero estar con una persona desconocida». La familia de X también protesta ante la situación porque no consienten que metan «a otro covid sin saber cómo está ni quién es» en la habitación. «Entendemos que es una situación difícil para el centro, pero no es de recibo tratar así a personas que además están pagando por estar allí».

Todo esto desemboca en el «estoy a disgusto» de X y su idea de marcharse del colegio mayor próximamente. «Ya estoy buscando piso para dejar la residencia en cuanto nos dejen salir», expresa. Un deseo que comparten desde la familia: «Nosotros pensamos en el colegio mayor por comodidad, pero ahora vemos que lo mejor es que se marche a un piso». De momento, quien ha dado positivo tendrá que guardar cuarentena hasta el martes una vez hayan pasado los 10 días desde la primera PCR.

Los jóvenes son los que menos se protegen para evitar la transmisión

Los jóvenes son los que recurren a menos medidas de protección para evitar la transmisión del coronavirus. Así lo revela la encuesta realizada por el grupo de trabajo Data Science for Covid-19 de la Generalitat, que dirige la ingeniera Nuria Oliver y que analiza la evolución de la pandemia en España. Según los últimos datos de un estudio que echó a rodar durante el estado de alarma y del que ya se han publicado 18 oleadas, además de actualizaciones continuas, los jóvenes (de 18 a 29 años) son los que adoptan menos medidas contra la covid-19, mientras que los mayores (más de 60 años) son los más concienciados con la prevención para evitar la propagación del virus.

En las medidas donde existe más diferencia por rango de edad destacan tres: distanciamiento físico (sólo el 59,7% de los jóvenes dicen adoptar esta medida, frente al 79,5% de los mayores), estrechar manos, dar abrazos y besos (60,2% frente al 81,3%) y ventilar espacios cerrados (34,1 % frente al 55,7 %). También existe una importante diferencia en la puesta en práctica de las medidas recomendadas (o incluso obligadas) con la limitación de contactos, que sólo realizan el 63,5 % de los jóvenes frente al 73,4 % de los mayores. En una escala más igualada se encuentra el evitar multitudes (78 % de los jóvenes y el 84,5 por ciento de los mayores).

El Galileo separará a los positivos de los negativos

Positivos con positivos y negativos con negativos. El Galileo Galilei reubicará en las próximas horas a aquellas personas que compartan habitación para que los casos positivos de covid no convivan con casos negativos.

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Los resultados de las PCR masivas del viernes han puesto de manifiesto que había personas contagiadas que compartían habitación y baño con otra que no lo estaba, una situación a la que la residencia quiere poner remedio. Según indicaron fuentes del Galileo Galilei, si se ha mantenido esto ha sido porque «venían conviviendo ya desde antes» y que los datos «se acaban de conocer» por lo que a partir de ahora se hará esta reorganización para cumplir la orden de Sanidad.

«No puede convivir un positivo y un negativo en la misma habitación», expresan desde el departamento de Ana Barceló. Mientras tanto, desde el Galileo Galilei aseguran que la reorganización se está encontrando con el rechazo de los residentes.