Una de las líneas de investigación que está siguiendo el grupo de Espectáculos y Juego de la Policía de la Generalitat es determinar la responsabilidad de los propietarios de la residencia de estudiantes Galileo Galilei en la celebración de la fiesta ibicenca, origen del macrobrote de covid-19, que tuvo lugar hace semana y media en la azotea del edificio.

Así lo expuso ayer la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, quien, en referencia a esa investigación ordenada un día antes por ella misma, dijo que uno de los objetivos es acotar «su responsabilidad de tolerar fiestas que suponen aglomeraciones donde no se cumplen las medidas de seguridad».

En este sentido, Bravo confirmó, tal como había adelantado ayer Levante-EMV en su edición impresa y en la digital, que los agentes de la policía autonómica ya habían comenzado un día antes, el martes, «a recibir declaración a los responsables de la empresa» propietaria de la Galileo, Galilei.

La consellera confirmó, por tanto, que hay tres líneas de investigación. Una de ellas es la identificación y correspondiente sanción individual a cada participante en la fiesta que no estuviese respetando las medidas sanitarias, como guardar la distancia personal y hacer uso de la mascarilla.

Para ello, la Policía está requisando y revisando los vídeos y las fotos, tal como ha informado este diario, para tratar de identificar a los estudiantes que estuvieron en la fiesta. En ese mismo sentido, tienen previsto ir tomándoles declaración a los residentes del Galileo, en la convicción de que a partir de unos podrán llegar al resto de jóvenes.

Otra de las líneas es determinar si, como se cree, hubo un organizador, o grupo de organizadores, y si cobró o cobraron por ello, ya que con esa actividad se agrava su implicación y se convierte en una falta muy grave del decreto ley 11/2020. Para ello, rastrearán si hubo una convocatoria por redes sociales o se limitó al boca a boca dentro del colegio. En todo caso, el evento requirió de cierta organización, como elegir la temática y procurar bebidas para todos.

En cuanto a la potencial responsabilidad de la empresa, los agentes ya han anunciado a los gestores de la residencia que necesitarán acceder a la documentación necesaria para averiguar si los jóvenes informaron o no de la celebración del evento y en qué términos. Las fuentes consultadas por este diario dijeron que, de momento, han garantizado su colaboración.

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Así, entre otras cosas, pedirán los cuadrantes que recogen la organización laboral y que permitirán saber qué trabajadores estaban esa noche en el centro, desde la recepción hasta el comedor, para tomarles declaración y averiguar si fueron informados de la celebración del evento.

Otro de los puntos que tratarán de aclarar es quién tiene acceso a la llave de la azotea, donde se celebró la fiesta ibicenca, y si fue pedida por los residentes o la utilizaron a espaldas de los responsables del colegio mayor.