La enemistad entre dos vecinos de Torrent, uno de ellos un policía local de Mislata que ya fue condenado a dos años de prisión por tramitar contra él denuncias falsas por infracciones de tráfico inexistentes, ha vivido su último episodio en los tribunales con la condena a seis años de cárcel al hijo del policía inhabilitado por provocar un incendio en la vivienda donde se encontraba durmiendo su vecino. La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de València ha considerado probado que el joven, de 21 años, «de común acuerdo con otra persona que no ha resultado identificada», accedieron a la parcela del denunciante, un adosado situado en la calle José Escultor Capuz de Torrent, a las dos de la madrugada del 14 de enero de 2015, y utilizando gasolina le prendieron fuego poniendo en riesgo la vida e integridad de las personas.

Las huellas del acusado halladas por la policía científica en la valla que rodea la parcela del inmueble, cuya planta baja quedó totalmente destrozada por el fuego, han resultado claves para demostrar su participación en el incendio. Asimismo, la existencia de dos focos primarios totalmente independientes entre sí y simultáneos, uno en la terraza de la fachada principal y el otro en la zona posterior de un vehículo frente a la puerta del garaje, indican que «necesariamente hubieron de intervenir, como mínimo, dos personas», según refleja la sentencia.

El acusado negó en el juicio haber participado en modo alguno en el incendio y trató de justificar la presencia de sus huellas en la valla perimetral al asegurar que saltó la valla de la vivienda para ayudar a los bomberos y la policía. No obstante, su versión no ha quedado corroborada por ningún vecino ni ningún policía que lo viera encaramado a la valla, salvo una testigo cuyo relato «lleno de dudas» y «su falta de coherencia en extremos relevantes de la declaración» no genera la confianza suficiente a la sala. Además, la posición y orientación de la huella «es indicativa del agarre desde el interior para salir a la calle saltando la valla», lo que no tendría sentido si la puerta se encontraba ya abierta, tras despertarse la víctima por el ruido y salir para ponerse a salvo.

«No podía entrar nadie, aquello era un infierno», relató el denunciante, quien logró ver a una persona «muy ágil» saltando la valla y huyendo hacia la calle Constitución. «Quisieron carbonizarme para que no pudiera defenderme de las falsedades de su padre», argumentó la víctima, ya que cuando se produjo el incendio la causa por falsedad documental contra el policía, en el que el afectado era testigo de cargo, todavía estaba pendiente de juicio.

La sentencia ha dado finalmente la razón a la acusación particular, ejercida por la letrada Dolores Morata. Así, el fallo impone al acusado una pena de seis años de prisión por un delito de incendio con riesgo para las personas en el subtipo atenuado —ya que nadie resultó herido — y deberá pagar 69.530 euros por los daños a la aseguradora y 11.438 a su vecino.

Más de veinte años de enemistad entre vecinos

La sentencia refleja la «manifiesta enemistad entre el padre del acusado y su vecino», que se remontaba a más de veinte años atrás, con denuncias cruzadas. Asimismo, considera importante la condena impuesta por la Audiencia Provincial de València en 2016 al padre del autor del incendio por un delito continuado de falsedad en documento oficial por haber denunciado falsamente hasta en cuatro ocasiones a su vecino por infracciones de tráfico. Estas denuncias falsas fueron impuestas prevaliéndose de su condición de policía local de Mislata y valiéndose de otros compañeros. «Su comportamiento es revelador, no solo de la enemistad mantenida con su vecino, sino de la auténtica animadversión hacia el mismo, estando dispuesto incluso a involucrar a terceras personas, en este caso, a otros policías, compañeros suyos, para perjudicar a su vecino». I.C. València