Un joven fue encontrado atado de pies y manos y con cinta adhesiva en la boca, encerrado en una habitación de un chalé de Picassent en la madrugada del 3 de noviembre de 2017. Cuatro encapuchados acababan de asaltar de forma violenta su casa con el objetivo de apoderarse presuntamente de la marihuana que allí cultivaba.

Al parecer, un ‘vuelco’ más entre presuntos traficantes, algo relativamente común entre delincuentes en el negocio del tráfico de drogas. Pero lo curioso de este caso es que detrás de este robo con violencia estaba presuntamente la exnovia de la víctima, quien ahora se sienta junto a los otros tres acusados —entre ellos su hermano y su actual pareja— en el banquillo para responder ante el juez por estos hechos.

El ministerio fiscal solicita para cada uno de ellos una pena de diez años de cárcel, aunque no se descarta una considerable rebaja al estar casi cerrado un acuerdo de conformidad si finalmente reconocen los hechos.

El juicio, que estaba previsto que se celebrara ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València, tuvo que aplazarse debido a una cuestión de salud de uno de los letrados de la defensa.

Los procesados se enfrentan a cinco años de prisión por un delito de robo con violencia, cinco más por la detención ilegal, una multa de 900 euros por un delito leve de lesiones y otros cinco meses de cárcel por estafa al haber intentado extraer dinero de un cajero automático utilizando la tarjeta de crédito sustraída y las claves bancarias del agredido, que conocía su ex pareja sentimental.

La joven , de 28 años, tenía llaves del inmueble y era conocedora de que su ex tenía allí plantas de marihuana. Así, presuntamente planearon el robo para apoderarse de la droga y de los objetos de valor que allí pudiera tener. Según el escrito del Ministerio Fiscal, los acusados le sustrajeron, entre otros efectos, dos televisores, una cámara deportiva, una tablet, una cafetera y un teléfono móvil. En total el importe de los objetos robados asciende a 2.394 euros.

Los hechos ocurrieron a las dos de la madrugada del 3 de noviembre de 2017 cuando los procesados, «ocultando sus rostros con unos pasamontañas para evitar ser identificados», entraron en la parcela, situada en un polígono de Picassent, «prevaliéndose de las llaves del inmueble» de las que disponía la exnovia de su víctima.

El morador, al escuchar los ladridos de su perro, abrió la puerta de la casa y los encapuchados «se abalanzaron de manera súbita e inesperada» sobre él, según detalla el fiscal. Así, sin posibilidad para reaccionar, lo inmovilizaron y lo ataron de pies y manos, y lo dejaron semiinconsciente y encerrado en una habitación.

La víctima fue localizada dos horas más tarde por agentes de la Policía Local de Picassent. Las lesiones que presentaba requirieron de asistencia facultativa y tardaron en curar 46 días.

En concepto de responsabilidad civil, los acusados tendían que indemnizar conjunta y solidariamente con 2.540 euros al agredido por las lesiones y con 820 euros por los efectos sustraídos no recuperados, según la petición del fiscal. La mayor parte de los efectos robados fueron recuperados por la Guardia Civil en el registro domiciliario de dos de los procesados.