De las sombras de un acto institucional dominado de principio a fin por la pandemia, la figura del poeta Marc Granell (València, 1953) emergió para situar a la cultura y al pueblo llano, organizado en comunidad, como tabla de salvación frente al dolor y la incerteza que ha traído el virus.

El Premi de les Lletres 2020, único galardonado ayer al margen de los reconocimientos que entregó la Generalitat vinculados a la covid, fue también quien dio voz al conjunto de los premiados, en su mayoría rostros hasta ahora anónimos.

Granell habló poco de sí mismo y lo hizo con modestia. Prefirió centrar su contundente parlamento en reivindicar a la sociedad civil como «la única esperanza cierta y digna de este mundo», un rayo de luz que «invita a abrir futuros posibles donde habitan las tinieblas». El pueblo valenciano, incidió el escritor de 67 años, «ha sabido mantenerse firme, plantar cara y pecho para salvar su existencia misma» ante la marea «trágica e inusitada» que asuela el mundo.

El propio Granell supo abrirse camino «contra viento y marea» en una época muy complicada para la literatura en lengua vernácula. En 1976, con solo 23 años, se alzó con el premio Vicent Andrés Estellés, el primero de muchos galardones. Ayer, después de más de cinco décadas volcadas en la poesía, en la edición y en la promoción literaria, se declaró en deuda con una generación de escritores que, en los años 70, «supo unirse y alzarse», lo que le empujo a dirigir su pasión poética y literaria hacia la defensa de una lengua «poco menos que moribunda».

«Entre todos lo conseguimos, a la vista de la efervescencia literaria, con tres generaciones conviviendo y produciendo obras de gran calidad», celebró Granell, trazando un paralelismo con el momento actual. «La historia ha obligado en demasiadas ocasiones al pueblo valenciano a avanzar hacia la búsqueda de su identidad plena contra vientos y mareas bien potentes. Y así lo ha sabido hacer», proclamó, arrojando un poco de optimismo con un llamamiento a la unidad.

«¿En qué manos estamos, señor?». La pregunta lanzada al aire por Granell retumbó en un salón de Corts repleto de autoridades políticas. El escritor elevó la voz contra el comportamiento «cainita y suicida de tantos políticos metidos en sus peleas», en un tiempo plagado de incertezas en el que la muerte «se lleva cuerpos y voces queridos». Frente a esta situación -que evoca la pugna partidista que ha monopolizado el debate político de las últimas semanas-, Granell contrapuso el esfuerzo abnegado de los estamentos esenciales distinguidos ayer por la Generalitat, que «han defendido la vida de todos» y hay ayudado a vivir «lo más normalmente y plenamente posible».

DISTINCIONES DE LA GENERALITAT


Sector sanitario 

Concepción Benito, facultativa jubilada que volvió al servicio por la covid.


Sector servicios sociales 

Mª Ángeles García, hermana de Encarna García, auxiliar de geriatría  fallecida por la covid-19 en abril. 


Sector agroalimentario

Salu Cerezo, agricultora y vendedora en Mercavalencia. 


Sector empresa y transportes

Mireia García, carretillera durante la pandemia en una empresa que ayudó en la llegada de material sanitario. 


Sector limpieza y residuos

Silvia López, gerente del Consorcio de Residuos CV Castelló Sud. 


Seguridad y emergencias

Lorena Fores, voluntaria de Protección Civil de Castelló 


Sector Administración Pública

Gustavo Gardey. Retrasó su dimisión como director general de Trabajo pese a sufrir enfermedad rara. 


Sector ciencia e investigación

Juana Mª Delgado, investigadora epidemiológica de Castelló retornada con el plan Gent por la pandemia.


Empresas reconvertidas 

Lidia Sempere, propietaria de una empresa que ha reconvertido su producción por la crisis. 


Medios de Comunicación

Juan C. Cárdenas, fotoperiodista. 


Sector cultural

Francis López, programada cultural de Aldaia. 


Entidades sociales

Alberto Guerrero, sacerdote y cooperante. 


Sector educativo 

Ginés Pérez, presidente de la Asociación de Directores de colegios.