Los contenedores de materia orgánica se multiplican en la ciudad de València, así como en su áre ametropolitana, consolidando la apuesta de las administraciones (desde el ámbito autonómico hasta el municipal) por un modelo de política medioambiental y, a su vez, dando respuesta a uno de los principales retos de la comarca de l’Horta: la gestión de los residuos.

Con el objetivo de abordar el proceso de implantación territorial y debatir sobre la influencia de una mejora en la gestión de desechos en un contexto de reconstrucción económica, Levante-EMV organizó esta semana, junto a la Entidad Metropolitana de Tratamiento de Residuos (Emtre), un encuentro digital en el marco de la conmemoración del 25ª aniversario de la edición de l’Horta. La mesa tuvo el patrocinio de Caixa Popular y Global Omnium, así como la propia Emtre, y estuvo compuesta por la secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Paula Tuzón; el vicealcalde de València y presidente de la Emtre, Sergi Campillo; y la concejala de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Catarroja, Elisa Gimeno. Asimismo, el alcalde de este municipio, Jesús Monzó, también intervino en el debate moderado por la delegada de Levante-EMV Horta, Laura Sena.

Biorresiduos e impropios

«Las plantas de tratamiento de residuos son eficaces, aunque nada lo es tanto como separar correctamente los desechos desde el origen», afirmó con contundencia la secretaria autonómica en su intervención. En este sentido, esta simple acción, según defendió, tendría un impacto significativo en términos de ahorro económico, pero también energético. «Por ello, es muy importante hacer un buen uso de nuestros contenedores», sostuvo. El último de ellos, el depósito de color marrón destinado al vertido de residuos orgánicos, busca revertir los todavía elevados porcentajes de impropios, mejorando la huella ecológica y los indicadores ambientales. Y es que, como apuntó Tuzón, de las 2.100.000 toneladas de materia orgánica que llegaron el pasado año a las distintas plantas de tratamiento de la Comunitat, tan solo un 17 % pudo ser recuperada.

"Lo más importante de la educación ambiental es que interpela a las acciones individuales"

Paula Tuzón - Secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica

Con una fracción de vertedero que se sitúa en torno a los 50 puntos porcentuales, la implantación de los nuevos contenedores de orgánico se inició en 2018, tanto en el cap i casal (en un 70 % del casco urbano) como en el área metropolitana. Así, en tan solo dos años, municipios de l’Horta como Mislata, Alfafar, Picassent, Godella, Quart de Poblet, los pueblos integrantes de la Mancomunitat del Carraixet o Catarroja han instalado los depósitos marrones en sus viales.

La Emtre ha distribuido más de 3.500 toneladas de abono. G. CABALLERO

Pero, ¿cuál es su eficacia? Según detalló Sergi Campillo, casi el 55 % de la materia que se vierte en estos contenedores son biorresiduos, lo que arroja un porcentaje de impropios del 45 %. Preocupan, especialmente, los datos relativos a Quart, donde sólo el 34 % de los residuos que se vierten en los cubos marrones son orgánicos, pese a que la implantación se efectuó en este municipio en noviembre de 2018. En este sentido, el presidente de la Emtre (entidad supramunicipal encargada del tratamiento de residuos), recordó que «cuanta más puro sea un resto, más calidad tendrá el compost que se obtenga de él y, por tanto, más rentabilidad podrá obtenerse de su comercialización». De hecho, gracias a esta gestión que refuerza la separativa, la Emtre ha podido distribuir 3.500 toneladas de abono en las comarcas de l’Horta, «poniendo en valor la economía circular», como puntualizó Campillo.

"La Emtre debe ir más allá y convertirse en un centro irradiador de políticas de reducción"

Sergi Campillo - Vicealcalde de València y presidente de la Emtre

La experiencia municipal, además, ha evidenciado la necesidad de complementar esta implantación con una decidida campaña de educación ambiental. En este sentido, Catarroja, la última localidad en incorporar este plan de gestión de residuos orgánicos, ha apostado por la iniciativa «De la terra a la terra», conscientes de su privilegiada situación geográfica, ya que el municipio se erige en el Parque Natural de l’Albufera. «No se trata únicamente de instalar contenedores en la vía pública, sino de apostar por la educación ambiental y las políticas de concienciación», afirmó el edil Jesús Monzó.

Una línea también defendida por la concejala de Desarrollo Sostenible del consistorio, que explicó que la denominada zonificación, pues se ha apostado por la división en siete zonas para realizar una implantación escalonada, responde a la voluntad de «ejecutar un plan de educación ambiental efectivo». «Sabíamos que para poder obtener buenos resultados necesitábamos iniciar una campaña de formación. Parece que todos sabemos reciclar muy bien, pero la realidad nos demuestra que no», matizó Gimeno.

Compostaje, la segunda vida de los residuos orgánicos paso a paso

Los residuos se dividen, según matizan desde la Emtre, en fracciones atendiendo a su propia naturaleza. Por lo que respecta a desechos orgánicos, estos deben depositarse en el contenedor marrón. Cuando los camiones de recogida de residuos alcanzan el máximo de su capacidad, se dirigen hacia la planta de tratamiento de residuos de Hornillos, en Quart de Poblet.

Una vez allí, estos residuos se vierten en un foso específico, donde los técnicos realizan una valorización y separan manualmente los desechos que puedan «molestar» en la siguiente fase del proceso. A continuación, como detallan, los residuos se introducen en un tromen con orificios. Todos aquellos materiales que se cuelan a través de ellos son dirigidos a un túnel de compostaje, en el que se realiza una segunda separación magnética para retirar cualquier impropio de naturaleza metálica, como latas o cubiertos.

En estos túneles, los residuos son almacenados durante 15 días, un periodo tras el cual estos desechos entran en la denominada «fase de maduración». Tras un mes y medio de tratamiento, se obtiene el compost que se somete a un cribado de calidad para utilizar esa materia como producto agrario. Un proceso circularque permite otorgar una segunda vida, a través del compostaje, a las ingentes toneladas de residuos orgánicos que se generan en València y l’Horta.

Formación ambiental

La educación ambiental es, como reivindicó Paula Tuzón, «uno de los pilares fundamentales de la actividad de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica», aunque su mayor virtud es que «interpela a las acciones individuales». En este sentido, como también coincidió el presidente de la Emtre, la regla de las tres erres (3R) adquiere un matiz destacado. «Antes de reciclar un producto debemos saber si podemos darle otro uso y plantearnos si es realmente necesario utilizarlo», planteó Tuzón.

"Se debe conocer muy bien cómo son los barrios desde la perspectiva municipal para adaptar la gestión"

Elisa Gimeno - Concejala de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Catarroja

Desde el ámbito autonómico, se apuesta por la educación verde, la implantación del PIR o espacios como el Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana, ubicado en Sagunt, mientras que desde la perspectiva metropolitana se defiende la necesidad de que la gente conozca qué pasa con su basura. Una labor que acometen desde la Emtre mediante planes de comunicación de educación ambiental, campañas visuales e intervenciones a pie de calle. «La entidad debe ir más allá y convertirse en un centro irradiador de políticas de reducción de residuos, esta es una de las líneas troncales de este mandato», afirmó Campillo. «Tenemos el deber de colaborar y ayudar a los municipios, está en juego el área metropolitana de València», añadió. Así, especificó que dos de los ámbitos de actuación más importantes son los centros escolares y el mundo fallero, «el primer motor asociativo de la autonomía».

En el ámbito local, la concejala de Catarroja señaló «múltiples actores sobre los que es necesario dirigir esta concienciación»: grandes productores, vecindario, comisiones falleras y centros educativos. «Se debe conocer muy bien desde la perspectiva municipal cómo son nuestros barrios y ofrecer una educación ambiental específica», aseguró Elisa Gimeno.

Retos futuros

El futuro más inmediato de la gestión de residuos y la protección ambiental pasa, según detalló la secretaria autonómica, por el canon vertedero (se implementará en 2021) y los impuestos verdes que reviertan en concesionarias y consorcios, así como en la automatización de las plantas de tratamiento y la apuesta por la circularidad, entre otras medidas. Por su parte, el presidente de la Emtre fija seis objetivos básicos entre sus líneas de acción: actuación de las administraciones públicas en materia de reducción y reutilización, colaboración entre la entidad metropolitana y los ayuntamientos mediante políticas consorciadas, participación de la ciudadanía en la gestión de residuos, nuevos sistemas de gestión, compostaje comunitario y, por último, intervención en los grandes productores.

Educación ambiental como garantía de eficiencia en la gestión de residuos orgánicos

Educación ambiental como garantía de eficiencia en la gestión de residuos orgánicos