El anteproyecto de Ley de Protección Animal que la Conselleria de Medio Ambiente quiere aprobar el próximo mes de noviembre cubre muchas de las reivindicaciones que las diferentes asociaciones animalistas venían haciendo desde hace tiempo. Así lo reconocieron ayer algunas de ellas a este periódico, aunque, sin embargo, aclaran que existen muchos aspectos en los que aún puede mejorar.

Todas destacan, sin excepción y de manera especial, la cuestión del sacrificio cero para todas las empresas y entidades que se encargan de la gestión de recogida y custodia de animales de la vía pública. Esto significa que queda totalmente prohibido matar animales con la única justificación de que ha pasado mucho tiempo sin que nadie se haya hecho cargo de ellos. Con la ley que regía esta cuestión hasta el momento, se permitía la muerte cuando transcurrían 21 días.

Desde la Coordinadora Animalista de la Comunitat Valenciana, que aglutina a 166 entidades de defensa del derecho de los animales, creen, pese ello, que este artículo aún se puede mejorar. Su presidenta, Ángela Molina, explica que la nueva ley recoge como excepción al sacrificio motivos sanitarios.

La entidad considera que se trata de un concepto «muy amplio» que puede abarcar muchas cuestiones que pueden servir como excusa para dar muerte a los animales. Es por ello que desde la entidad van a presentar alegaciones en el sentido de que se concreten más los motivos sanitarios que pueden llevar a sacrificar a los animales, siempre amparándose, se entiende, en evitarles el sufrimiento.

Otro de los aspectos positivos de la nueva ley es la modificación del lenguaje. «Buscábamos que no se cosifique a los animales», remarca Molina. Por ello, el nuevo texto elimina términos como dueño para pasar a llamar al titular del animal «Responsable legal». Se trata, apunta la representante de la coordinadora, de la primera ley de España que recoge esta cuestión.

Respecto al impuesto que tendrán los responsables de los animales, Amparo Requena, presidenta de Modepran y que lidera la sección de animales en el Colegio de Abogados, lo avala siempre cuando «sea simbólico» y que el dinero recaudado «se destine a la puesta en marcha de políticas de bienestar animal».

Para las entidades, la normativa presenta, sin embargo, algunas lagunas. Una de ellas, de la que hablan tanto la presidenta de la coordinadora, Ángela Molina, como Raquel Aguilar, del Partido Animalista (Pacma), es la prohibición del uso de animales salvajes en los circos. A su entender, el artículo en el que se detalla esta cuestión supone «un paso atrás» porque abre la puerta a que en este tipo de espectáculos actúen especies que no se consideran salvajes. Aguilar pone como ejemplo los caballos.

Por su parte, Ángela Molina recuerda que las Corts ya aprobó en su día una proposición que porhibía «todo tipo de animales» en los circos, por lo que cree que «si el artículo de la ley se queda como está ahora estaremos retrocediendo porque no protege a todos los animales».

Raquel Aguilar, desde Pacma, se muestra «sorprendida» porque se trata «de una ley para animales domésticos», que, dice, «deja desprotegidos a muchos otros como los del tiro y arrastre, por ejemplo». En ese aspecto también lamenta que no se tengan en cuenta los «santuarios», que son refugios para animales procedentes de la explotación ganadera.

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Amparo Requena, de Modepran, apunta otras cuestiones en las que cree que la ley puede mejorar como el hecho de que solo se permitan cinco animales por vivienda como máximo.

La experta considera que este tema concreto sí que debería quedarse como está en la ley de 1994, es decir, que las autoridades, ante una denuncia por presencia masiva de animales en una propiedad valoren cuestiones particulares porque «no es lo mismo tener cinco gatos que cinco mastines, ni tampoco tener cinco mastines en un piso de 40 metros cuadrados que en uno de 300». Para Requena esta cuestión es «ridícula».