La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha estrechado el cerco sobre el avispón asiático (Vespa velutina) ante su temor de que acabe penetrando por Cataluña. Su expansión, creciente en todo el norte peninsular, llega ya a muchos puntos del territorio catalán. De ahí que la Generalitat Valenciana activara la red de alerta y durante el año pasado se organizaran diversas jornadas de formación para poder detectar su presencia en territorio valenciano, especialmente en tierras de Castelló.

Desde el servicio de Vida Silvestre se admite que en previsión de que aparezca en la Comunitat Valenciana, se incluyó en la Red de Alerta de Especies Invasoras. Durante 2019, además, se distribuyó un manual con dieciséis fichas de identificación del avispón asiático y otras especies de insectos, nativos o alóctonos, con las que la confusión resulta posible. El objetivo es fomentar la detección temprana de la exótica, explican desde el departamento de Mireia Mollà.

El avispón asiátivo, especie invasora 

La preocupación del sector apícola valenciano está plenamente justificada pues la Vespa velutina está declarada como Invasora en el catálogo español. Aunque todavía no está citada en la Comunitat Valenciana, pese a falsas alarmas, representa un serio riesgo para la apicultura pues es especialmente agresiva con las abejas melíferas. Las mata con un golpe de mandíbula y las trocea para poder transportarlas hasta el nido pues alimenta a las larvas en un número de hasta cincuenta ejemplares al día. 

La preocupación del sector apícola está plenamente justificada por ser muy agresiva con las abejas melíferas

Las acciones planteadas por el Servicio de Vida Silvestre se hicieron en coordinación con los sectores ganaderos, tal como recuerdan desde la conselleria. Tuvieron lugar a finales del año pasado en las localidades de San Mateu, Vinaròs y Morella. El confinamiento, después, obligó a paralizar este tipo de iniciativas. 

En los cursos se da a conocer la especie, los rasgos que permiten su identificación, su ciclo biológico, los métodos de control y el papel de la red de alerta. Participaron apicultores, agentes medio ambientales, bomberos y policía local, así como veterinarios y técnicos de Oficinas Comarcales Agrarias.

Pérdida de biodiversidad

Las especies exóticas invasoras constituyen la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo tras la modificación del hábitat. En el caso del avispón asiático o avispa negra (Vespa velutina ssp. nigrithorax) su introducción en Europa se produjo de forma accidental en Francia hacia el año 2004 y ya no ha parado de crecer.

La Conselleria de Agricultura aún no ha confirmado su presencia real en la Comunitat, pese a las alarmas

Te puede interesar:

Aunque en las Islas Baleares, el avispón asiático se ha erradicado prácticamente, su crecimiento continúa disparado en el País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias, Galicia y Cataluña. En algunas de estas zonas los apicultores ya han empezado a levantar la voz contra sus responsables autonómicos por no atajar el problema. De ahí que la Generalitat trate de anticiparse.

El avispón oriental confirma su creciente expansión en València 

Los técnicos de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica sí han confirmado la presencia del avispón oriental (Vespa orientalis) en la Comunitat Valenciana. Las primeras citas son de 2012 en València ciudad y este año se han recibido más noticias de otras localidades. Sin ir más lejos, hace dos semanas los bomberos retiraron del puente del Real de València un nido.


De ahí que el departamento de Mireia Mollà haya prestado asesoramiento desde el servicio de Vida Silvestre al consistorio que preside Joan Ribó para la localización de avisperos. Hasta el momento se han detectado tresI. «Por lo que se refiere al comportamiento predatorio sobre las abejas domésticas, las observaciones en las colmenas de la azotea del observatorio del árbol apuntan a que no interfiere en el comportamiento forrajeador de estos insectos, ni la presión predatoria se ha traducido en una disminución de la productividad de estas colmenas», señalan. «Se trata de un predador más bien oportunista, que captura ejemplares debilitados y no abejas sanas», apuntan. «En ningún caso se las ha visto penetrar en las colmenas», aseguran. Su observación sugiere «un muy bajo impacto negativo sobre las abejas autóctonas».