Hace unos años que conozco a los expertos del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, entre ellos Enrique Moltó y Samuel Biener. Una de las primeras conversaciones que compartimos, además recuerdo perfectamente el enclave, Beniarrés, fue sobre las lluvias torrenciales que suelen suceder en otoño a orillas del Mediterráneo. Es un tema recurrente en nuestros círculos. Hablando de unos y otros casos, Enrique Moltó mencionó una cifra que puede parecer impensable en este rincón del planeta: 1.000 litros por metro cuadrado, pero no en varios meses, o en un año, sino en 24 horas. Y no lo comentó como algo imposible, más bien como un ‘posible’ que cada mucho acontece y provoca auténticas catástrofes. Ayer se cumplieron 38 años de la Pantanada de Tous y varias publicaciones salieron al paso, recordando las cifras extremas que dejó el primer Complejo Convectivo de Mesoescala que fue detectado en Europa vía satélite. No solo fue especial por la imagen o sus efectos, también porque se estima que descargó en Casa del Barón cerca de 1000 l/m2 en apenas un día. En la ciudad de Valencia, por ejemplo, se recogen algo más de 450 l/m2 en un año. Allí cayeron más del doble el 20 de octubre de 1982, que es el día que acoge la efeméride, aunque el diluvio comenzó en las últimas horas del día anterior para remitir llegada la tarde. Esto supone menos de 24 horas. Por aquel entonces no había observatorios capaces de cuantificar un diluvio de aquellas características en la comarca del Caroig, el dato salió de una sesuda investigación llevada a cabo por la AEMET. En cualquier caso, este episodio encaja perfectamente en los extremos que se han venido observando desde principios del siglo XX en la zona mediterránea. El 17 de octubre de 1940 en una ciudad francesa que linda con la provincia de Girona, Saint-Laurent- de-Cerdans, se estima que cayeron cerca de 1000 l/m2. Al igual que en la Ribera, aquel temporal se saldó con inundaciones catastróficas que segaron la vida de 57 personas en Francia y más de 300 en Cataluña. No resultó un registro nuevo para el país galo. En la localidad de Valleraugue, en pleno macizo de Cévennes, ya existía otro de 950 l/m2 observado el 29 de septiembre del año 1900. Setenta años más tarde, bastaron otras 24 horas entre los días 7 y 8 de octubre para que el pluviómetro de Génova Bolzaneto sumara 948 l/m2. Italia tampoco escapa de estos ‘monstruos’, ni Córcega, ni siquiera Túnez. El ‘club’ de los 1000 existe, aunque nadie quiera formar parte de él.