Al catedrático de Física Teórica de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Francisco José García Vidal, ya se le había olvidado que su candidatura estaba en el saco de las que el jurado de los Rei Jaume I iba a valorar este año. Ayer, horas después de que le hubieran notificado que había sido premiado todavía seguía algo «sorprendido. Es muy diferente a este trabajo callado, oscuro y sin alharacas que hacemos en la universidad», aseguraba. Para el también director del Condensed Matter Physic Center, Ifimac, la noticia era doblemente buena ya que era consciente de que dentro de la categoría de investigación básica, sus estudios de Física sobre la nanofotónica competían con otros muchos y de muchas más categorías.

El jurado ha tenido en cuenta los avances de las últimas dos décadas de García Vidal en este campo que busca controlar la propagación de la luz en la nanoescala, menor a la longitud de onda, con el objetivo de poder desarrollar en un futuro «circuitos fotónicos y no electrónicos para tener, por ejemplo, ordenadores más rápidos y mejores. «La luz va más rápida que los electrones y, además, los fotones no interaccionan entre sí como sí hacer los electrones por lo que la información que llega es mayor», explica el catedrático que también ha participado en investigaciones relacionadas con los metamateriales y la posibilidad de desarrollar objetos «invisibles» al ojo humano algo que todavía parece ciencia ficción.

Y es así donde García Vidal recuerda y reivindica la importancia de la investigación básica, no siempre tan reconocida como la aplicada. «La fibra óptica se basa en un hallazgo del siglo XVII aplicado en el siglo XX. Nunca sabes las aplicaciones insospechadas que estas investigaciones pueden tener en el futuro», defiende el físico que pide aumentar la inversión para la investigación. «Es la mejor manera de salir de la crisis», zanja.