Los agentes sociales de la Comunitat, así como la patronal Hosbec, apoyaron la implantación del toque de queda en la Comunitat Valenciana hasta 9 diciembre. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, trasladó a la patronal CEV y sindicatos (UGTy CC OO) la propuesta que plantearía el Consell en el Consejo Interterritorial que se iba a celebrar por la tarde para declarar una restricción de la movilidad en la Comunitat Valenciana durante la madrugada -de 0.00 a 6.00 horas- hasta el 9 de diciembre, una situación que no afectará a los trabajadores del turno de noche.

Según indicó el presidente de la patronal, Salvador Navarro, la medida de reducción de la movilidad en una franja horaria o toque de queda es la «más lógica» desde el punto de vista empresarial ante la progresión de la pandemia, pues permite a los sectores esenciales trabajar «con normalidad», al igual que a las empresas que lo hacen en ese horario. Navarro señaló que también permite a la hostelería y la restauración anticipar la clientela de la tarde-noche y así seguir atendiéndola. Y admitió que este toque de queda se centra en el ocio nocturno, donde se producen brotes.

El líder de UGT-PV, Ismael Sáez, apuntó que los agentes sociales tienen coincidencia «plena» con la medida, con la que están de acuerdo y que les gustaría que fuera de carácter estatal, mientras que, por parte de Comisiones Obreras, su secretario general, Arturo León, dijo que, aunque la Comunitat es una de las autonomías que presenta mejor situación epidemiológica, «no conviene esperar a tener unos datos malos que obliguen a adoptar unas decisiones más drásticas».

La propuesta de Puig también contará con el respaldo de la síndica del PPCV, Isabel Bonig, aunque la responsable popular lo ha condicionado a tener «más información» y a que el presidente se comprometa a potenciar la sanidad, en concreto, la atención primaria y evitar el colapso.

Bonig recordó que había pedido esta reunión urgente con el presidente para tratar la situación actual y las soluciones y propuestas del Consell ante el agravamiento de la pandemia y el anuncio de que el Consell estudiaba pedir el toque de queda. «Nos parece bien que haya medidas», afirmó, si bien dijo no entender el cambio de opinión del Consell, pues hace una semana en sede parlamentaria se aseguró que la Comunitat iba bien. En este sentido, preguntada por su posición, evitó dar un apoyo incondicional, pero precisó que el PP no se opondrá siempre y cuando haya información «veraz» y les proporcionen datos «científicos» de cómo está la situación. Bonig indicó que prefería una decisión de ámbito nacional. El apoyo condicionado de Bonig rompe la tendencia de enfrentamiento que hasta ahora había con Puig. Desde 2017 Bonig no se citaba a solas con el jefe del Consell en el Palau. Una reunión que calificó de «tranquila».

Por su parte, el síndic de Ciudadanos en las Corts, Toni Cantó, pidió que el toque de queda sea «uniforme» en toda España y que se aplique por una decisión «técnica y no política». Además, solicitó medidas para apoyar a sectores como el ocio nocturno. «Ya es hora de una vez por todas que el Gobierno central y autonómico hagan sus deberes», dijo para pedir «garantizar la campaña de Navidad». Preguntado sobre si apoyaría que el toque de queda se declarara solo en la Comunitat, indicó que «no estaría en contra» siempre que «vaya acompañado» de medidas para «compensar a aquellos que vean afectada su actividad».

Encuentro con Oltra y Dalmau

Además, Puig comió con los síndics de Compromís, PSPV y Unides Podem para comunicar oficialmente sus planes. Con anterioridad a esta ronda de contactos, Puig se había reunido con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, y el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau. Fuentes de la Generalitat precisaron que Puig también habló telefónicamente con la portavoz de Vox, Ana Vega. El grupo de ultraderecha no había sido invitado al Palau porque el criterio era convocar a los grupos que firmaron los pactos de reconstrucción.