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Las agencias de viajes dan por perdida hasta la campaña de Semana Santa

Las nuevas limitaciones de movilidad agravan la situación de un sector que factura un 95 % menos

Una pareja descansa en la playa de la Malvarosa de València durante el puente del 9 d’Octubre. | EDUARDO RIPOLL

España no está confinada pero sí perimetrada. Y cada vez más ante la explosiva mezcla surgida de la fulgurante expansión del virus en esta segunda ola y la proximidad de festividades y puentes que fomentan los desplazamientos entre regiones. Los gobiernos quieren limitar esos viajes al máximo y las agencias de viajes observan resignadas lo que puede ser la puntilla para muchas de ellas. Desgastadas económica y mentalmente por meses de desplome, ante la coyuntura actual ya descartan poder salvar la temporada de Navidad e incluso dan por perdida la campaña de Semana Santa y directamente depositan sus adelgazadas esperanzas en el próximo verano.

Navarra, La Rioja, Aragón, Asturias y País Vasco han sido las primeras en prohibir entradas y salidas durante esta semana. Andalucía, Madrid y Castilla y León lo estudiaban ayer y la Comunitat Valenciana hará lo propio «si fuera necesario», según anunció ayer mismo el president Ximo Puig. Una cascada de restricciones a la movilidad que, pese a no suponer un aislamiento domiciliario como el de marzo, «reduce los desplazamientos hasta los niveles del inicio de la pandemia». Así lo asegura Eva Blasco, vicepresidenta de relaciones internacionales de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), que sin embargo no pone en tela de juicio la implantación de estos cierres perimetrales.

«Son medidas necesarias para proteger la salud, pero agravan la situación del sector», uno de los principales damnificados por la pandemia y sus consecuencias y que teme una avalancha de cierres a medio plazo si no se activan «medidas específicas» de ayuda al sector. Blasco cifra en el 95 % el desplome de la facturación en estos negocios valencianos desde la llegada de la covid-19, por lo que «tampoco pueden empeorar mucho» las previsiones.

«No hay previsión de que vaya a haber campaña de Navidad y tampoco de Semana Santa. Es muy complicado no dar por perdido ahora mismo todo ese tiempo ante la coyuntura sanitaria», añade la también presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia, que se encomienda al verano de 2021. «No hemos llegado a recuperarnos en ningún momento. Estábamos entre un 5 % y un 10 % de facturación e igual estos cierres perimetrales la reducen hasta el 3 %», calcula a grosso modo.

El principal problema para el sector derivado de estas limitaciones crecientes entre autonomías es la incertidumbre que generan en la sociedad. «Son muy cambiantes y generan dudas en el cliente. Hoy una comunidad está abierta, pero, ¿y mañana?», se pregunta Blasco, que también destaca que hay incluso una gran presión sobre los desplazamientos corporativos. «Han de ser muy justificados», añade.

Ligero efecto del bono turístico

El bono turístico lanzado por la Generalitat durante la pasada semana tampoco ha servido para despejar el horizonte de las agencias de viajes, que «apoyan» la medida pero lamentan que el Consell no optara por el modelo andaluz, que «obliga» al beneficiario a tramitar sus vacaciones a través de una agencia para poder obtener el descuento. En cualquier caso, el formato valenciano «algo ayuda», según Blasco, «pero cuando estás facturando al 5 %, subir al 7 % —el repunte que atribuye a la promoción— te mantiene en la pura miseria».

Esa situación límite ha provocado que muchos propietarios, sobre todo de pequeñas agencias, hayan dejado sus alquileres y se hayan cobijado en sus propios domicilios privados para abaratar costes. Un fenómeno que confirma Blasco: «Para vender un 5 %, renuncias a estar a pie de calle y te mantienes con lo mínimo», zanja.

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