La Conselleria de Educación ha remitido un nuevo escrito a los centros educativos en los que recuerda, entre otras cosas, que las medidas que se adoptan cuando hay un caso sospechoso o positivo por covid-19 en la comunidad educativa deben ser dictadas por las autoridades sanitarias, que detallarán las instrucciones que deben seguirse.

En concreto, en un escrito sobre la gestión de casos de Sars-Cov-2, el departamento de Educación afirma que las direcciones de los centros educativos «no tienen que tomar decisiones respecto al aislamiento o cuarentena de miembros de la comunidad educativa, dado que esta decisión corresponde a los centros de salud pública».

Este recordatorio se remite a los centros porque, como publicó Levante-EMV, los pediatras habían detectado que algunos colegios e institutos —con buena intención pero en un exceso de celo—, ordenaban cuarentenas preventivas (tanto a escolares como a sus familiares) antes de que se conocieran los resultados de una prueba, o a más personas de las indicadas si se confirma un positivo.

Hay que tener en cuenta que las cuarentenas se adoptan siempre que lo indique Sanidad y cuando haya un caso positivo. Entonces y no antes, se confina el grupo «burbuja» al completo o los contactos estrechos, en caso de las clases con distancia social. Así, la Sociedad Valenciana de Pediatría recuerda que no deben guardar cuarentena los contactos de un contacto de un caso sospechoso (por ejemplo, los padres de un escolar con un compañero de clase que ha tenido fiebre y está esperando el resultado de su prueba).

Notificar positivos

Pero, ¿quién y cómo informa de los positivos en el ámbito educativo? Como detalla la conselleria y se recoge en los protocolos, Salud Pública comunica un positivo y es el centro educativo quien debe de «canalizar» esa información «y hacerla llegar a las familias» .

Para esto, el protocolo de gestión de casos de covid-19 marca que los colegios e institutos deben establecer «un canal de comunicación efectivo para llegar a todas las familias de manera ágil». Además, deja caer que no pueden permitirse situaciones de alarma o confusión: «En el caso de detectar que la información no es comprendida o que hay una percepción del riesgo inadecuada, se tienen que realizar nuevas comunicaciones para conseguir que la comunidad educativa tenga la información necesaria para la implementación efectiva de las medidas y evitar informaciones erróneas o estigmatizantes».