El alcalde de València, Joan Ribó, aseguró ayer que los cementerios de la ciudad estarán abiertos el próximo fin de semana y especialmente el domingo, Día de Todos los Santos, «si no hay una orden expresa» para cerrarlos. Así, mostró su voluntad de transmitir un mensaje de «tranquilidad» respecto a la apertura de estas instalaciones aunque hizo un llamamiento para que quienes accedan a ellas lo hagan de forma escalonada para no concentrarse el domingo. Como quiera que el edil Alejandro Ramón «no descartaba» cerrarlos si la situación epidemiológica empeoraba, Ribó quiso «mantener la tranquilidad. Si no hay una orden expresa, los cementerios van a estar abiertos porque hemos estado trabajando de una manera muy clara en esta dirección. Nuestra voluntad es que continúen abiertos. Por eso, hemos puesto desde medidas de aforo hasta circuitos: todos los mecanismos para garantizar la seguridad».

Bodas y entierros van a sufrir nuevas restricciones en la ciudad de València. Así está previsto que suceda cuando se aprueben nuevos acuerdos en la Junta de Gobierno, con los que se suprimirán y reducirán algunos de estos rituales, dentro de las nuevas restricciones motivadas por el crecimiento de la pandemia de covid.

Así, crematorios y tanatorios volverán a quedarse sin servicio de velatorio hasta nueva orden, junto con los servicios de funeral, tanto religiosos como laicos, que se celebran en estos espacios, así como en la capilla del Cementerio General. La norma afectará a los espacios municipales y a los que gestionan empresas privadas y se extiende también a la práctica de enterramientos por los ritos musulmán y judío. El acuerdo también se notifica al Arzobispado de València para que lo aplique en los cementerios parroquiales que quedan en la ciudad (Benimaclet, Benifaraig, Carpesa y Borbotó) y a la Fundación Británica de Cementerios en España, en su condición de gestor del Cementerio Británico.

La resolución también se trasladará a Agricultores de la Vega, empresa responsable de los servicios de inhumación y exhumación y mantenimiento en los cementerios municipales, así como a todo el personal del servicio. De momento no hace referencia a restringir nuevamente la asistencia a los entierros por debajo del límite actual.

Hasta ahora, los servicios de funeral estaban teniendo lugar con ciertas restricciones. Así, el límite era de cincuenta personas en espacios al aire libre o de veinticinco personas en espacios cerrados, sean o no convivientes, y siempre que no se supere el setenta y cinco por ciento de su aforo.

Desgaste emocional

El confinamiento supuso un gran desgaste emocional con los entierros de seres queridos, fallecieran o no por la epidemia, puesto que desaparecieron de un plumazo todas las manifestaciones tendentes a confortar a los familiares. No sólo se suspendieron los velatorios, sino que los entierros pasaron a realizarse no ya en una estricta intimidad, sino prácticamente en soledad, puesto que tan sólo podían acudir tres personas. Y fue el propio Ayuntamiento de València el que, ya en el mes de abril, encabezó una solicitud para ampliar a los familiares directos en su totalidad la posibilidad de asistir al entierro.

Cuatro personas en las bodas

Por lo que respecta a la celebración de bodas civiles en los Jardines de Monforte, y atendiendo a que es un recinto cerrado, el ayuntamiento aprobará hoy celebrar el enlace de forma restringida, con una capacidad máxima de cuatro personas, que serán los dos contrayentes y dos testigos. El aforo se completará con el personal estrictamente necesario. Esto no quiere decir que la celebración posterior cambie las limitaciones de aforo y horario vigentes a día de hoy. Todos aquellos que acompañen a las parejas al recinto municipal deberán esperar en la calle, manteniendo distancias sociales.