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Ahora poco valen ya excusas y herencias

Ximo Puig, Vicent Soler y Mónica Oltra, en una imagen de archivo.

Un presupuesto de más de 25.000 millones de euros, el más alto de la historia del breve autogobierno y el de mayor subida del gasto real (12,2 %) desde que existen datos consultables (año 2000), es argumento de peso contra las excusas si algún servicio público no funciona. Cuestión al margen es cómo se pagan, si con fondos del sistema de financiación, con impuestos propios o ajenos o con deuda. Pero hay dinero. O debe de haberlo. Lo dijo ayer el conseller Vicent Soler: no habrá equidad (la C. Valenciana no está tratada económicamente como la media de autonomías), pero el principio de suficiencia se cumple.

Después de cinco años botánicos, de transformaciones normativas, aumentos de presupuestos y mejoras en la financiación (aunque eventuales) por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los servicios públicos fundamentales deben funcionar.

Listas de espera quirúrgicas, centros de salud colapsados, retrasos en la reforma y construcción de colegios, atascos en la renta valenciana de inclusión, residencias de mayores con deficiencias o familias desahuciadas sin una alternativa son hechos para los que el Consell de Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau tendrá menos defensa a partir de enero. La herencia recibida y la falta de recursos sirven cada vez menos como razones. Los consellers deberán notar la presión.

El Botànic ha vuelto a demostrar por lo demás la solidez de la diferencia. Incluso la firmeza de lo inestable, diría uno. El conseller Soler ha vuelto a tener una mala noche de presupuestos, con escenificaciones de ruptura por parte del equipo de Mónica Oltra, regresos a la mesa y sonrisa fotogénica final. Un clásico de los presupuestos botánicos: negociación dura hasta el último minuto y siempre pacto final. No lo pueden decir otros gobiernos autonómicos de coalición.

Pero siempre hay cambios en un mismo paisaje. En esta ocasión ha sido la soledad de Oltra en el tramo final, porque el resto de consellers de Compromís y Unides Podem cerraron sus cuentas con Hacienda con cierto margen. La vicepresidenta insistió incluso pasada la medianoche del jueves en un aumento del 34 %. Soler puso sobre la mesa la cifra del 19,1 % (bastante por encima de la media) y no cedió al último estirón al alba. Para entonces, las fotos ya esperaban.

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