España se adentra blindada en el fin de semana y puente de Todos los Santos con los contagios más disparados que nunca, incesantes augurios de próximos confinamientos generales, muchas dudas, temores repetidos y demasiado cansancio, la famosa ‘fatiga pandémica’ de la que ya nadie se escapa. El parte sanitario de este viernes sobre la evolución de la epidemia de coronavirus marcó un nuevo máximo de notificaciones: 25.595 contagios (9.723 de ellos en 24 horas) y 239 muertes (867 en los últimos siete días) que se suman al recuento oficial, en el que los positivos se elevan a 1.185.678 y los fallecidos a 35.878.

Cada vez más voces plantean que la única forma de contener la segunda ola del virus será con un confinamiento domiciliario similar al que se decretó el pasado marzo, manteniendo quizá los colegios abiertos o permitiendo paseos cortos, tal como ha aprobado esta semana Francia. Pese a ello el ministro de Sanidad, Salvador Illa, no ve necesario confinar todavía. En Cataluña, la Generalitat avisó ayer de que, si las nuevas restricciones no dan resultados, solicitará al Gobierno central las herramientas necesarias para poder pedir a los ciudadanos que se encierren en sus casas, salvo para los desplazamientos imprescindibles.

Aun así, Illa descartó este escenario, al menos a corto plazo, pues se muestra convencido de que las nuevas limitaciones darán resultados. El ministro reconoció que la situación es «preocupante» y «grave», pero consideró que las medidas «relevantes» puestas en marcha en los últimos 15 días, si se siguen, «estabilizarán, doblegarán y mantendrán baja la curva». Entre esas medidas destacó el plan de acciones coordinadas, el llamado semáforo, que contiene criterios comunes para evaluar el riesgo y ofrece herramientas de respuesta, en función del riesgo de cada comunidad. Y el decreto del estado de alarma que, aunque no permite el confinamiento domiciliario, dijo, sí ofrece un «marco estable que produce certeza y permite decisiones muy contundentes».

Hay que hacer un llamamiento a la ciudadanía a que siga las indicaciones y a que reduzca la movilidad y sus contactos. «Con eso, vamos a doblegar la curva», señaló en una rueda de prensa. «Pensamos que con las medidas que se ponen a disposición de las autoridades delegadas no va a ser necesario llegar ahí», dijo preguntado por un confinamiento domiciliario. Y en su argumentación recordó que Madrid y Canarias han conseguido bajar la transmisión en las últimas semanas, lo que ha dado una tregua al sistema.

5.000 controles

En cualquier caso, casi 41 millones de españoles, el 87 % de la población, no podrán salir de sus comunidades este fin de semana tras el cierre perimetral de 13 autonomías, el confinamiento de 23 municipios de Galicia y 11 localidades en Extremadura. Ayer, Interior dispuso de 5.000 controles en las carreteras para impedir los desplazamientos injustificados.

Altercados en Barcelona tras los incidentes en Sevilla y Bilbao

La plaza de Sant Jaume de Barcelona y sus alrededores fueron escenario anoche de enfrentamientos protagonizados por grupos de personas que, tras una manifestación negacionista de la covid-19, quemaron mobiliario urbano y lanzaron bengalas y vallas a los Mossos, en unos incidentes en los que fueron detenidas siete personas.

Unas 500 personas, según los Mossos, se reunieron en la plaza para expresar su rechazo al toque de queda y a las medidas que incluyen el confinamiento perimetral de Cataluña durante quince días y, además, de los municipios durante los fines de semana. Al acabar la manifestación, grupos de enmascarados comenzaron a lanzar bengalas y otros elementos pirotécnicos, así como vallas y multitud de objetos contundentes contra los Mossos. Los violentos se dispersaron por las calles adyacentes, entre ellas la Via Laietana, donde han comenzado a quemar mobiliario urbano.

En este escenario, el pasado martes, varias personas ya quemaron mobiliario urbano y lanzaron bengalas en Sevilla, una situación que se repitió en la noche de este jueves en Bilbao donde ardieron varios contenedores y hubo también enfrentamientos con la Ertzaintza.