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El gasto por valenciano en educación, sanidad y dependencia crece en 754 euros desde 2015

La Generalitat destinará 1.375 euros por habitante en 2021 para pagar deuda, un 37 % más que en 2015, último con gobierno del PP

El gasto educativo medio crece.

El gasto social por cada valenciano ha crecido en 754 euros (un 36 %) desde 2015, año de la llegada de los partidos del Pacte del Botànic al Gobierno autonómico. La inversión en sanidad, educación y atención social en los presupuestos de aquel año, los últimos elaborados por el Ejecutivo de Alberto Fabra (PP) ascendía a 2.094 euros. La suma de esas tres grandes partidas (el denominado gasto social) en el proyecto de presupuestos de la Generalitat para 2021, aprobado por el Consell el pasado viernes, se eleva hasta 2.848 euros por valenciano.

Si se baja al detalle, se observa que el principal avance está en los servicios sociales, una partida que el último Consell del PP dejó en una exigua cantidad de 168 euros por habitante y que ahora se situará en 384. Es más del doble. El progreso es también significativo en sanidad, el departamento más necesitado de esfuerzo por la pandemia del coronavirus: la inversión por habitante en 2015 era de 1.103 euros y alcanzará en 2021 los 1.504,5 euros, un crecimiento cercano al 40 %. El gasto por ciudadano en educación ha aumentado, pero no en proporciones tan altas. Estaba en 823 euros en 2015 y ahora será de 959.

Con estas cifras, la Comunitat se situará por encima de la media española en gasto social, que ahora roza los 2.500 euros, según el último estudio de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicio Sociales, presentado en septiembre pasado. Con todo, los datos del resto de autonomías están pendientes de actualización y, por lógica, también subirán. Sin los crecimientos de 2021, Euskadi, Navarra y Extremadura ya superan los 3.000 euros en gasto social, según el informe. En Cataluña, este concepto no llega a los 2.200 euros.

El aumento del gasto social hasta situarse en el entorno de la media española ha sido uno de los ejes de la política presupuestaria del Botànic desde su llegada. El argumento repetido por el jefe del Ejecutivo, Ximo Puig, y el conseller de Hacienda, Vicent Soler, es que la infrafinanciación del Estado a la Comunitat no podía traducirse en una menor inversión en los servicios públicos fundamentales. La brecha con la media se ha ido reduciendo en los distintos presupuestos a costa del Fondo de Liquidez Autonómica, los préstamos del Estado (deuda, por tanto) para compensar el déficit anual valenciano.

Una consecuencia de ello, añadida al lastre que arrastran las arcas públicas valencianas por los sobrecostes de proyectos y los desvíos de fondos para la corrupción en la etapa anterior, es que el coste por cada valenciano para pagar deuda será de 1.375 euros en 2021. Es casi la mitad de lo que se destinará por ciudadano a gasto social. El coste de la deuda era en 2015 de 1.004 € por valenciano. El crecimiento es, por tanto, de un 37 %.

Las cuentas aprobadas el pasado viernes por el Consell, que contemplan un incremento del presupuesto del 11,4 %, suponen un gasto total por cada habitante de 5.122 euros. Es un crecimiento del 45 % con respecto a 2015 (3.528 euros), el año de llegada al poder del nuevo gobierno valenciano de PSPV y Compromís.

En un momento en que algunos sectores cuestionan la descentralización política, las cifras indican el potente peso que ha adquirido la Comunitat en la gestión de recursos. En 2021 se ocupará de 1.594 euros más por habitante que en 2015. Solo País Vasco (5.432 euros) y Navarra (6.608) presentan cifras superiores a los 5.122 euros de la Comunitat en el mapa autonómico actual, que contempla valores de 2019, porque algunas comunidades tienen sus presupuestos prorrogados. Estas cantidades aumentarán en los territorios forales, porque ambos gobiernos han anunciado presupuestos expansivos para hacer frente a la crisis.

Además de la valenciana, otras tres autonomías cuentan ya con proyectos de presupuestos aprobados para 2021. Se trata de ejecutivos de corte progresista y todos han optado por políticas expansivas del gasto impulsados también por el modelo practicado en esta crisis por la Unión Europea. En Castilla-La Mancha el crecimiento proyectado se acerca al 14 % (un 11,4 % en la C. Valenciana), lo que situará el gasto per cápita en 5.953 euros. Cantabria, que durante años es la más beneficiada en el reparto del sistema de financiación, situará la inversión por habitante en 5.294 euros tras un presupuesto aprobado que crecerá un 6 %. Canarias contará con un gasto per cápita de 3.935 euros.

Las comunidades han anunciado de momento estrategias dispares de cara a las cuentas de 2021. Al margen de Madrid y Cataluña, instaladas en prórrogas, Andalucía, Galicia, Castilla y León, Asturias y Baleares han anunciado políticas de contención a la vista del retroceso de la economía. La Comunitat se ha situado ya en el otro extremo, con el crecimiento más elevado del gasto desde el año 2000.

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