Cintillo ODS

El futuro de las ciudades. Siete agentes empresariales y municipales evalúan el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11, que busca crear ciudades igualitarias, resilientes y sostenibles. «La Administración establece la base, pero el ciudadano es fundamental para cambiar la situación», concluyen los expertos.

El encuentro organizado por Levante-EMV en torno al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11, que busca crear ciudades y comunidades sostenibles, dejó algunas certezas, como que la voluntad de los agentes sociales y económicos implicados en esa transformación es total, pero también muchos interrogantes. ¿Cómo reconvertir nuestras ciudades hacia la sostenibilidad en el amplio sentido de su concepto? El desayuno informativo contó con todos los puntos de vista posibles gracias al patrocinio global de la Autoridad Portuaria de València, Facsa y Caixa Popular y la colaboración en el ODS 11 de los ayuntamientos de Quart de Poblet y Ontinyent y el Consorcio València Interior para aportar una visión municipalista y comarcal sobre el futuro de nuestras ciudades.

Como apuntó Robert Raga, presidente del Consorcio Valencia Interior y alcalde de Riba-roja de Túria, «la sostenibilidad no es solo ambiental, tiene un componente económico y social que son clave». Una afirmación que el resto de ponentes amplió en sus intervenciones y en la que Raga profundizó, ya que si no hay una economía que sustente a los residentes, el núcleo urbano se queda vacío y aparece el siguiente fenómeno, la despoblación. Además, si a nivel social no se implica a los vecinos y vecinas en la gestión de sus residuos, en el cambio de hábitos de su movilidad o en el fomento del comercio local, lejos queda el objetivo de crear ciudades amables, inclusivas, igualitarias, resilientes y sostenibles.

« Solo por utilizar los ecoparques se puede ahorrar hasta 50 euros de la tasa de basuras»

Robert Raga - Presidente del Consorcio Valencia Interior y alcalde de Riba-roja

Con ese escenario de fondo, el debate, moderado por el director de general de Relaciones Institucionales de Levante-EMV y otros medios de Prensa Valenciana, Julio Monreal, evidenció una realidad fundamental expresada por Juan Pablo Mateo: «Tenemos un problema con los residuos».

Así, los representantes municipales explicaron su experiencia. Sayo Gandia, concejala de Política Social en Ontinyent, relató cómo hubo que cambiar el sistema de recogida ya que los contenedores se convirtieron en vertederos locales. El sistema de recogida selectiva puerta a puerta funciona, y lamentó que con los contenedores «solo se fomenta el pensamiento de que algún camión pasará y se lo llevará», con lo cual no hay una implicación real del ciudadano con sus residuos. Para ello, el ayuntamiento también ha organizado distintos talleres participativos para explicar a los residentes cómo funciona el servicio y sobre todo para que sean los propios vecinos y vecinas los que expliquen sus ideas y las particularidades de sus barrios. «Es un camino en la línea de los consorcios: quien menos genere, que pague menos, hay que reducir nuestros residuos», señaló la concejala Gandia.

« Tiene que haber un equilibrio entre la sostenibilidad y el fomento del comercio local»

Sayo Gandia - Concejala de Política Social y Servicios Sociales de Ontinyent

En el caso de Quart de Poblet, el concejal de Desarrollo Sostenible y Emergencia Climática, Juan Medina, apeló a un instinto primario: el de la identidad. Desde el consistorio se intenta mantener la idiosincrasia de Quart porque «no queremos ser una ciudad dormitorio». Esta estrategia municipal tiene como objetivo lograr un compromiso mayor en el ciudadano para mantener en buen estado el entorno natural del Túria y la huera de Quart.

Por eso, Medina insistió en la necesidad de unificar los mensajes desde todas las administraciones para aclarar dónde debe ir cada uno de sus desechos que generan porque, como recordó Medina, «hay siete contenedores distintos». Y añadió que ya nadie duda «a qué contenedor va el envase y el vidrio, pero está siendo difícil explicar la diferencia entre orgánico y resto», lamentó.

« Cambiamos el modelo de la ciudad que creció en los 70 con zonas verdes y apacibles»

Juan Medina - Concejal de Desarrollo Urbano Sostenible de Quart de Poblet

Esta reflexión sacó a relucir una necesidad de futuro: terminar con el anonimato del ciudadano y los residuos que genera. Lo lanzó al debate el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana de València, Sergi Campillo, quien explicó que el sistema de depósitos funciona en toda Europa porque se «incentiva» al ciudadano con el retorno económico por sus objetos desechados. «El problema en España es que los residuos son anónimos y no se puede controlar lo que cada uno lleva en su bolsa, y eso hace que no se separen y no haya consecuencias», apuntó.

Los tres representantes municipales también estuvieron de acuerdo en otra de las claves de la sostenibilidad: la necesidad de tener ciudades agradables donde vivir y esto viene dado, fundamentalmente, por la creación de zonas verdes. Gandia explicó cómo se le ha dado la vuelta al modelo de ciudad de Ontinyent, que vivía «de espaldas al río» y ahora, a través del programa Riu Viu, se han integrado zonas naturales del río en la ciudad.

« València ha pasado de ser ejemplo de lo que no se debe a ser un modelo de referencia»

Sergi Campillo - Vicealvalde y concejal de Ecología Urbana de València

En el caso de Quart, Medina explicó que se trata de un enclave como muchos otros de l’Horta que vivieron una gran expansión en los años 60 y 70, donde se levantó una trama urbanística «poco apacible», por lo que ahora el consistorio está haciendo «inversiones ingentes para cambiar el modo de vida de la ciudadanía», explicó Medina. Además, introdujo un nuevo concepto hacia el que Quart se dirige, el de ser una «ciudad lenta», evitando el estrés dentro de la ciudad. Como ejemplos, «levantarte antes para llevar a tus hijos e hijas al colegio andando y evitar las prisas de después, tomar algo en una terraza o comprar en el comercio local", explicó Medina.

Desayuno informativo: Las ciudades sostenibles del ODS número 11. Fernando Bustamante

Las empresas, cómplices del cambio

Aquí es donde la empresa puede aportar su conocimiento y tecnología, como bien señaló Juan Pablo Mateo, director de Relaciones Institucionales de Fovasa y Fobesa, firmas del Grupo Gimeno igual que Facsa. A su juicio, «identificar el origen de los residuos, terminar con el anonimato del ciudadano y ciudadana, puede ser importante para que la ciudadanía se conciencie de su responsabilidad. Buscamos adaptar y optimizar esos servicios y dependerá de cada ciudad», explicó Mateo.

Mateo también lamentó que desde la política «se haya creado un monstruo» con la tasa de residuos. «Hay que explicar a los ciudadanos por qué tienen que pagar por algo que no quieren», afirmó, y relató su experiencia con una mujer a la que «retó» a llevar cada día a una planta de reciclaje su bolsa de la basura. «Si todos los días durante un año lo hacía, conseguiría que su alcalde le eximiera de pagar la tasa de basuras. Se lo pensó, pero por 100 euros al año, que es lo que estaba pagando por el servicio, dijo que ni pensarlo, que ir todos los días costaba más», explicó Mateo.

« La ciudadanía ha de entender que el paradigma ha cambiado y estamos todos implicados»

Juan Pablo Mateo - Director de Relaciones Institucionales de Fovasa y Fobesa

Con ese ejemplo, Raga, como presidente del Consorcio Valencia Interior, subrayó el gran trabajo que se hace en estas plantas hoy en día. En el pasado, la gestión fue más que dudosa y aún hoy es visible el impacto negativo de la recogida de residuos que se llevó a cabo en Basseta Blanca, que recogió las basuras del área metropolitana durante 15 años hasta su clausura en 1996. «Todavía está por sellar y genera lixiviados, pero hay un compromiso de la Generalitat de restaurar el vertedero en distintas fases», señaló.

Además, Raga relató su experiencia en esta entidad que presta servicio a 63 municipios y 5 comarcas, «que van desde la España Vacía delRincón de Ademuz a la España llena delCamp de Túria», dijo. Desde aquí se están implementando programas innovadores que animen a los ciudadanos a tomar conciencia de su basura, y para ello se ofrece un programa de acompañamiento para instalar compostadoras en domicilios particulares, por ejemplo.

Hidrógeno en la maquinaria

Para estos objetivos, es necesaria una gran inversión. En este punto, el jefe de Transición Ecológica de la Autoridad Portuaria de València, relató la apuesta firme de este organismo en la sostenibilidad a todos los niveles. Como explicó, un estudio de Cedex publicado en agosto, dio al Puerto de València la mejor puntuación como un Smart Port (puerto inteligente) que cumple con los cuatro vectores: ambiental, a través de la correcta gestión de la energía y buena calidad del agua, el económico, con la automatización; el social, con la formación del personal y el institucional, brindando confianza en las asistencias.

« Queremos dar un paso cualitativo para ser un puerto cero emisiones y autosuficientes»

Federico Torres - Jefe de Transición Ecológica de la Autoridad Portuaria de Valencia

«La innovación es otro elemento fundamental y ya tenemos máquinas que se alimentan de hidrógeno para reducir la huella de carbono. Antes de final de año instalaremos paneles fotovoltaicos», explicó Torres.

El asociacionismo, una clave

En la vertiente social de la sostenibilidad, el director de Responsabilidad Corporativa de Caixa Popular, Paco Alós, dio en la clave: la cooperativa de crédito participa en todo tipo de actividades locales y relaciones cívicas que fomentan el asociacionismo ya que son «las escuelas del comportamiento social». Además, la entidad bancaria tiene ahora en cuenta criterios ambientales para conceder préstamos a empresas.

« Ahora ya se tiene en cuenta el aspecto ambiental para dar préstamos a las empresas»

Paco Alós - Director de Responsabilidad Corporativa de Caixa Popular

Según Alós, «las administraciones tienen que establecer el entorno y la base, pero el papel individual es fundamental para cambiar la situación con gestos concretos como el reciclaje o la compra en comercios locales, que sustentan y dan vida a la población financiando pequeñas actividades», sentenció. 

ODS número 11: las ciudades deben cambiar su modelo

La ONU alerta de que más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y la tendencia va en aumento: en 2050, más de dos tercios de la población mundial residirá en centros urbanos. Por ello las urbes tienen un rol fundamental en la consecución los objetivos como la igualdad, la erradicación de la pobreza o la reducción de los efectos del cambio climático.

Para la ONU, serán las ciudades las que determinarán si se seguirán explotando los recursos como ahora o si se podrá seguir una senda más sostenible. De ahí que el objetivo número 11 trate de lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean «inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». Del éxito de conseguir llegar a esa meta dependen otros objetivos, como implementar un transporte público seguro y sostenible que preste especial atención a personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad.