Bloqueado. Así es el minuto y resultado sobre un presupuesto que parecía ya resuelto y aprobado por el Consell. A etas alturas, tras una mañana movida en las Corts, las cuentas de la Generalitat pueden acabar de tres maneras: o judicializadas, si se modifican ahora como reclama la vicepresidenta, Mónica Oltra; o en una bronca importante entre los socios del Ejecutivo si se mantienen contra el criterio de la titular de Igualdad, o en una fricción más en el Gobierno que habrá que ver qué secuelas deja si al final hay una solución pactada.

El problema tiene una cifra: 21 millones de euros. Es la cantidad que Oltra puso encima de la mesa el viernes por la mañana, cuando el proyecto de cuentas ya estaba grabado en soportes informáticos y después de días de desencuentro largo por cantidades mucho más elevadas. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, aceptó la propuesta, según ha podido saber este diario. Las desavenencias posteriores surgen sobre el modo de incorporar este cambio en las cuentas. Corrección de errores o modificación de créditos. Y hay está la cuestión encallada.

Tan enquistada que a estas alturas el calendario parlamentario de presentación de los presupuestos por cada uno de los consellers no está confirmado. Oltra debía pasar mañana por el Cámara, pero la idea es retrasar su participación hasta el viernes para ganar tiempo.