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Calma tensa, ansiedad y miedo tras la noche más larga en EE UU

Los valencianos afincados en el país norteamericano viven el largo y vertiginoso recuento electoral entre el desasosiego y la expectación - El temor a que la batalla judicial se traslade a la calle crece

Eduardo Parrilla y José Alberto Sanchis son valencianos y residen en Estados Unidos.

Pegados al móvil y con muchas dificultades para conciliar el sueño, los valencianos afincados en Estados Unidos no han podido sustraerse del desasosiego general en el que ha quedado sumido el país desde que el martes se inició el eterno y vertiginoso recuento electoral. Al cierre de esta edición, Joe Biden rozaba la victoria y Donald Trump insistía en alimentar las sospechas de fraude, pero como advierte Aitana Guia i Conca, profesora de Historia en la California State University, lejos de ser el final del camino, las votaciones «solo son el principio» de una incertidumbre aún mayor.

«Calma tensa y muchísima expectación». Así describía el ambiente a primera hora de la mañana de ayer Eduardo Parrilla, un joven de 32 años que acaba de mudarse a Seattle. «[El martes] nos acostamos pronto porque el recuento tenía pinta de ir para largo, pero a las 5.30 ha sido mirar el móvil y no poder separarme de él», cuenta. Eso sí, la lentitud del proceso, junto a la pandemia, han contribuido a que la incertidumbre, por ahora, se refleje «más en la gran actividad de las redes sociales que en la calle», ahonda Parrilla.

«La gente ha pasado mala noche, con insomnio, pero la calle ha estado muy quieta. Los partidarios de Biden están expectantes y los de Trump, por ahora callados», coincidía Guia. La reputada especialista en migración y minorías recalca que el resultado podría ahondar en la división del país. «Aunque gane Biden, hay 68 millones de votantes de Trump activamente muy descontentos que no se creen el resultado», sostiene. «A los americanos les gusta hacer las cosas al unísono, pero es difícil la unir a la gente teniendo a un incendiario en la Casa Blanca», remacha Guia

El periodista y analítica político José Marco, residente en Chicago, señala el temor a que la batalla judicial ante el Supremo emprendida por Trump se traduzca en un aumento de la conflictividad social. «La situación es de ansiedad, desconcierto y bastante miedo por lo que podría pasar», resume Marco, para quien el anuncio del republicano declarándose vencedor y deslegitimado el voto récord por correo «hace un daño terrible a las instituciones».

Los valencianos con los que Levante-EMV se ha puesto en contacto dibujan un escenario de máxima cautela en el que los restaurantes y comercios tapian puertas y ventanas ante posibles disturbios y las guarderías avisan a los padres por si tienen que recoger antes de lo previsto a sus hijos, como relata Blanca López, asentada junto a su familia en San Francisco, desde donde también ha vivido de manera muy intensa las elecciones. «Los mensajes no son muy tranquilizadores y nos asustan un poco. La comunidad de vecinos también nos ha avisado para que cerremos puertas y ventanas por la noche», añade López.

Independientemente de quién gane y de la expectación por comprobar hasta qué punto Biden recupera estados clave para los demócratas, José Marco pone el acento en que el «daño moral en EE UU ya está hecho». «Han sido cuatro años de políticas racistas y se ha comprobado la incapacidad para contener la covid, que deja 200.000 muertos y efectos catastróficos en la economía estadounidense». Circunstancias que, desgraciadamente a juicio de Marco, no han mermado en exceso el apoyo a Trump. «Ya no puede ser considerado como algo circunstancial, sino que es una tendencia en la sociedad estadounidense y eso genera un preocupación tremenda», apostilla el periodista.

Poco margen para grandes cambios

Otra cuestión clave es la composición final del Senado, puesto que, si se mantiene republicano, «pueden frustrarse todas las políticas de Biden». También el Supremo puede limitar ese margen de acción. En una línea similar, Eduardo Parrilla tampoco cree que la situación vaya a cambiar excesivamente «por mucho que el perdedor no acepte los resultados». Recuerda, para apoyar su tesis, que ni Obama ni Trump «han podido hacer todo lo que querían». Parrilla, que trabaja en una empresa de marketing digital, cree que la magnitud de las protestas de los últimos meses «a veces se exagera» y las limita al centro de las ciudades. «EE UU tiene un sistema interno muy fuerte que hace que sea difícil ver enormes cambios que afecten al futuro como país. La realidad de la gente apenas cambia», sostiene.

En ello difiere Blanca López. «Puede parecer que a los españoles no nos afectan estas elecciones, pero no es verdad». La valenciana confía en la salida de Trump de la Casa Blanca para poder viajar a España y regresar a Estados Unidos junto a su marido sin miedo a perder su puesto de trabajo por sus visados de expatriados. «La empresa nos han dicho que no nos arriesguemos a salir por si acaso», lamenta López, que llama la atención sobre la gran cantidad de mensajes políticos que los vecinos cuelgan en sus casas o las mascarillas de «Vota con amor» que llevaban puestas ayer las maestras de la guardería.

Los conservadores ven manipulación

José Alberto Sanchis preside la Casa Valencia en Washington, donde fundó y dirige una consultoría estratégica. También es el mayor embajador de la paella en este estado. Se declara valencianista, conservador y defensor de Trump. «Las elecciones han demostrado que la prensa está muy manipulada y que las encuestas son falsas», afirma, antes de señalar que la gran mayoría de funcionarios en Washington son partidarios de Biden «pero los españoles están a favor de Trump», a su juicio el mayor benefactor de las minorías. «No es verdad que Europa y España les interese que gane Biden», continúa Sanchis, para quien la gran polarización en EE UU es «normal» porque solo hay dos grandes partidos. «Los Antifas y el movimiento Black Lives Matter están promovidos por los demócratas para armar escándalo. No van a saber perder y van a armarla», sentencia Sanchis, que ante esta tesitura considera que lo más importante «es la ley y el orden».

José Marco, en cambio, augura un deterioro «aún mayor» de la percepción de EE UU en el mundo y un mayor retroceso en materia de derechos sociales si Trump siguiera incidiendo desde el poder «en la política antimigrante y dejando en situación de incertidumbre y miedo a los más vulnerables», zanja.

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