Unides Podem detalló ayer en las Corts su reforma fiscal para el ejercicio de 2021, una propuesta centrada en incrementar la presión sobre las rentas más altas y que, de entrada, choca con el escaso interés que tiene el PSPV en aceptar cambios de calado en unos presupuestos que nacen ya con una bronca monumental a cuenta de las partidas de Políticas Inclusiva. Una pelea que ha dejado en segundo plano el enfrentamiento entre los socios respecto a la fiscalidad.

En principio, solo Compromís, que ya avanzó en Corts su voluntad de enmendar la ley de acompañamiento para aumentar la fiscalidad, apuesta, como la formación morada, por introducir cambios en el trámite parlamentario, pero el PSPV en línea con la Conselleria de Hacienda no sólo no está por la labor sino que ayer dejó claro su malestar porque se abra este melón. «Parece una carrera por ver quién es más progresista», afeó ayer el síndic socialista, Manolo Mata, a sus socios de izquierdas.

El síndic socialista aseguró que está dispuesto a dialogar, pero dejó claro que no ve factible cambios de enjundia al defender que cualquier propuesta que modifique el IRPF o impuestos como sucesiones debe hacerse con tiempo. Es más, Mata llegó a cuestionar que tanto Compromís como Unides Podem lleven este debate a las Corts cuando ambos se sientan en el Consell y acaban de dar su apoyo a las cuentas. En todo caso, sobre la hoja de ruta está sentarse a tres bandas a negociar, probablemente el viernes.

Al margen del rifirrafe, la propuesta de Unides Podem está trabajada y es, además, de calado. La formación propone profundizar en la reforma del IRPF introducida en 2017 y, en concreto, crear dos nuevos tramos superiores en la escala autonómica y la elevación de los tipos a partir de los 120.000 euros, con el fin de que las rentas más altas contribuyan más sin tocar las rentas más bajas. Pide también limitar las deducciones fiscales y detallar su eficacia.

En el caso del impuesto del Patrimonio, Unides Podem, en línea con lo planteado por el Gobierno central, plantea que la reducción general del mínimo exento pase de los 600.000 a 500.000 y de 1.000.000 a 900.000 para los casos previstos de minusvalía. Además, quiere un gravamen complementaria para 2021 de carácter temporal. Sobre sucesiones, habla de revisar el número de personas que no pagan nada a cambio de reducir la bonificación a quienes más tienen.

«Una broma»

Aunque la formación se muestra dispuesto aplazar la creación de nuevos impuestos sí exige una calendarización. Así, plantea crear el impuesto sobre grandes establecimientos comerciales en el primer semestre de 2021 e introducir un impuesto sobre los grandes tenedores de bienes inmuebles. Respecto a la tasa turística, quiere que se apruebe en 2022, aunque recoja una bonificación del cien por cien mientras dure la crisis y que su implementación dependa de la recuperación del sector turístico. «Una broma», en palabras de Mata.

Reclaman fortalecer las medidas contra el fraude fiscal por ser el principal «agujero». Las tres iniciativas son publicar las listas de grandes morosos a la hacienda valenciana, aumentar los recursos contra el fraude y un estudio sobre economía sumergida.