Cuando uno oye hablar sobre el «cambio climático» todavía piensa que es un fenómeno que sucederá en el futuro y rara vez establece vínculos entre ese concepto y su entorno. Con los pluviómetros de la Ribera Alta y la Ribera Baixa marcando datos increíbles para los expertos, es difícil no pensar que las fuertes lluvias del jueves no tengan origen en la crisis climática.
El jueves, el Barranc del Tramusser, a su paso por Benifaió, no soportó la cantidad de agua acumulada (416,6 l/m2 por la tarde) y se desbordó anegando los campos junto al polígono y la zona norte de la localidad, con el epicentro de los daños en las viviendas y negocios de la calle Mistral.
Los vecinos y vecinas agolpan sus enseres en la calle para que los servicios de basura los recojan con facilidad
El barranco, completamente hormigonado, tiene como propósito desviar las aguas pluviales fuera del pueblo, pero las precipitaciones fueron de tal magnitud que se produjo el efecto contrario y el agua anegó el pueblo. Allí, los vecinos y vecinas asistían atónitos a un fenómeno que no habían visto antes: «Fue en cuestión de minutos, 10 o 15 como mucho, que se desbordó el barranco y empezó a entrar el agua en casa. Me llegó hasta el tercer escalón, no nos dio tiempo a poner nada a salvo», explicó Luisa Fernández, residente de la calle Mistral, a este diario, mientras limpiaba la terraza aún embarrada. Sus electrodomésticos, como la lavadora, están para tirar, y como además llovía a cántaros, «tampoco pudimos mover los coches».
La esquina entre la calle Mistral y la calle dels Furs estuvo bloqueada durante toda la mañana por cerca de una decena de coches arrastrados por la corriente. Uno de ellos es del hermano de Álex, un joven de 16 años que vio desde su ventana cómo el vehículo flotaba por la calle para desesperación de su hermano, que lo vio en directo. Como él, otros tantos vecinos y vecinas esperaban su turno para que entre los bomberos de la Agencia Valenciana de Seguridad y Emergencias y la Policía Local fueran desalojando las calles de estos obstáculos. En total, 25 vehículos según Vicent Bohígues, de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (Avsre).
Con los vehículos, cañas y barro por doquier. La empresa de Suministros Agrobeni no dejaba de sacar material a la calle listo para ser recogido. Dos contenedores ya estaban llenos porque el agua «lo destrozó todo», explicó Rubén, hijo de los propietarios. Con él había otras cuatro personas más ayudando, como en Transbenifaió, otra empresa que tuvo que sacar todo tipo de muebles a la calle para que se secaran.
Francisco Martínez, propietario de la constructora con el mismo nombre, esperaba en la calle junto a varios de sus empleados a que los servicios de limpieza recogieran todos los enseres que iban a tirar. Esa fue la orden municipal: los objetos dañados por el agua que vayan a la basura, había que dejarlos en la puerta hasta que el camión pasara a recogerlos.
Por la rodilla
En el caso del constructor, tuvo que tirar hasta el ordenador de la oficina y todo tipo de documentos que se mojaron con el agua. Trató de acceder el jueves por la noche al ver a través de vídeos la incidencia que estaba teniendo el desbordamiento, «pero fue imposible, el agua me llegaba por la rodilla en la Avenida de los Reyes Católicos».
Esta vía neurálgica de la localidad, que conecta el centro con el polígono, estuvo cortada ayer en el túnel ya que varios tractores trabajaban en extraer el agua y el barro del interior. Según la alcaldesa, Marta Ortiz, cuatro camiones bomba ayudarían en las labores de limpieza gracias a la colaboración de Emergencias 112 y se va a solicitar la declaración de estado catastrófico del pueblo. El Inspector Jefe de la Policía Local de Benifaió, José María Villanueva, explicó que en total son cinco las calles afectadas en el municipio y las labores de limpieza se extenderán durante todo el fin de semana.
