La forma de transmisión «dominante» del coronavirus o SARS-CoV-2 y las más habitual en situaciones de superprograpación es la transmisión por vía aérea a través de los aerosoles, las partículas diminutas que se emiten al «hablar, cantar, gritar o toser», según el «Informe científico sobre vías de transmisión SARS-CoV-2» realizado por científicos españoles, a petición del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Entre los investigadores que han participado se encuentran Antonio Alcamí (CBM-CSIC), Margarita del Val (CBM-CSIC), Miguel Hernán (Harvard University), Pello Latassa (Gobierno La Rioja), José Luis Jiménez (Colorado University), Ana Robustillo (Hospital Universitario La Paz), Alfonso Valencia (BSC-CNS) y dos científicos valencianos: Xavier Querol (IDAEA-CSIC) y Gloria Sánchez (IATA-CSIC).

El estudio, fechado el pasado 29 de octubre, analiza el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 9 de julio de 2020 y el debate científico sobre los diferentes estudios sobre las vías de transmisión, recoge las posturas a favor y en contra del contagio por aerosoles. La conclusión a la que llegan estos primeros espadas de la ciencia en España es que existe «un apoyo sustancial de la comunidad científica a la posibilidad» de que los aerosoles sean la «forma de transmisión dominante» y a que sea la «forma más habitual de contagio en eventos de súper-propagación». Los aerosoles, por su reducido tamaño, «pueden permanecer en suspensión en el aire» frente a las «gotículas, o gotas de Flugge de gran tamaño», que también «se emiten al hablar, cantar, toser, estornudar y respirar, y que pueden impactar en los ojos, fosas nasales, o boca de otra persona a menos de 1 metro», aunque no quedan suspendidas en el aire como los aerosoles.

Cómo se produce el contagio del coronavirus

La forma de transmisión del SARS-CoV-2 es diferente en ambas excreciones. «Las gotículas infectan por impacto en los ojos, fosas nasales o boca, y caen al suelo hasta a 1-2 metros de la persona que las emite mientras que los aerosoles infectan por inhalación y viajan más de 1-2 metros antes de caer al suelo», como el humo que se expulsa por la boca.

Al tener menor tamaño, los aerosoles (iguales o menores a cinco micras, la milésima parte de un milímetro) suponen mayor infectividad del SARS-CoV-2 porque «penetran más profundamente en los pulmones y, además, podrían causar una mayor severidad en la enfermedad de la covid-19».

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Ante esta evidencia, el equipo redactor del informe propone como alternativas para evitar los contagios realizar todas nuestras actividades en «exteriores y ventilar o filtrar para reducir la transmisión por aerosoles, además de las medidas consolidadas como el uso de mascarilla, extremar la higiene, el distanciamiento, el trabajo a distancia o evitar eventos con alta densidad de personas, especialmente en interiores».

Y ofrece una serie de recomendaciones (ver el apoyo que acompaña esta información) para luchar contra el coronavirus tanto en el ámbito del trabajo, como en las escuelas o en las reuniones privadas, que es donde se producen la mayoría de los contagios.