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"El peligro no viene solo por el agua, también de infraestructuras muy vulnerables"

El doctor en Geografía y representante de Avamet, Rafael Armengot, alerta de que muchos polígonos están construidos en zonas inundables

El polígono industrial Vereda Sud de Beniparell fue uno de los más afectados por el temporal de la semana pasada con negocios y coches inundados. | M. A. MONTESINOS

Rafael Armengot, meteorólogo de Avamet, defiende que el peligro de un temporal «no solo viene del fenómeno físico sino también lo marca la vulnerabilidad de las infraestructuras urbanas y qué efecto ha tenido sobre estas». Y pone de ejemplo el temporal Gloria del pasado mes de enero: «Fue muy destacado, pero tuvo un efecto muy grande sobre las costas por sus propios desequilibrios con la construcción de puertos o a pie de mar».

Armengot es capaz de dar una explicación científica hablando de cuentos infantiles, dichos populares y símiles ciclistas. Este doctor de Geografía y meteorólogo de la valenciana Avamet analiza los últimos temporales evitando grandes afirmaciones categóricas sobre su intensidad, pero dejando claro que no todo el peligro se puede encontrar en la cantidad de agua caída ni la fuerza del viento, sino que la parte humana tiene mucho que ver.

«Como siempre, en los lugares donde peor se ha pasado es en los inundables y eso depende de la ordenación del territorio», expresa el experto al hablar sobre el último episodio de precipitaciones que califica de «importante, pero no destacado en la serie histórica». En un símil ciclista, desgrana que el de la semana pasada fue de primera categoría, pero no especial. La peor parte se la llevó la Ribera donde explica que se dio un «sistema convectivo de mesoescala, una tormenta que quedó anclada durante horas en parte de la comarca» con más de 400 litros por metro cuadrado en algunos puntos.

Sin embargo, lejos de echar toda la responsabilidad de una inundación al agua que cae, Armengot se basa en un dicho popular valenciano para señalar el riesgo de construir en zonas inundables: «El agua siempre saca sus escrituras». Acaba regresando por su camino natural y es difícil impedir que una zona inundable, efectivamente, se inunde.

Los puntos rojos

Entre estas zonas señala como habituales los polígonos industriales. «Suelen estar construidos en puntos con más posibilidad de inundación», señala. «Los municipios han hecho así la ordenación de su territorio y en el Patricova que tiene la Generalitat sobre zonas inundables se ve claro, es un riesgo que existe», afirma. «No sabemos ni cuándo ni cómo, solo sabemos dónde», parafrasea el doctor en Geografía sobre las explicaciones dadas tras las inundaciones en Sant Llorenç (Mallorca), una zona que estaba marcada en rojo por el riesgo a quedar anegada.

Armengot introduce la ecuación de riesgo donde se multiplica la amenaza por la vulnerabilidad. «Contamos con muchas zonas vulnerables en la Comunitat Valenciana y eso hace que algunos temporales sean peligrosos», indica el experto, que saca otro ejemplo histórico: en la riada del Turia en el año 1957 «cuando había calles en la ciudad con cinco metros de agua, la Catedral estaba en seco». También habla de la DANA de septiembre del año pasado en la Vega Baja, «de recurrencia centenaria», pero que se vio influenciada «por la gran vulnerabilidad de sus sistemas urbano».

De todas formas, asegura mostrarse positivo: «Algo bien hemos hecho, la única víctima mortal ha sido por un rayo el sábado y más allá de zonas inundables que dependen de la ordenación territorial se ha aguantado bastante bien». Así, destaca que existen «muchas infraestructuras ocultas que ayudan a la evacuación de agua», que el territorio valenciano «tiene una capacidad asombrosa para regenerarse» e incide en que las alertas meteorológicas han funcionado «ante una situación de gran dificultad», lo que no quiere decir que no se puedan mejorar los sistemas de drenaje y prevención.

Por último, sobre la frecuencia de episodios señala la tendencia a que estos temporales se salgan de calendario («primero eran en octubre, ahora son en noviembre, pero también los hay en invierno y primavera») y que su intensidad no representa un récord histórico en cuanto a acumulado total sino a registro puntual en unas horas.

La reserva de agua del Xúquer, por encima de su media de la última década

La reserva hidráulica del Xúquer se encuentra al 47,2 % de su capacidad, con 19 hectómetros cúbicos más de agua que la semana anterior tras las precipitaciones que descargaron sobre la Comunitat Valenciana y especialmente sobre la Ribera. Los embalses del Xúquer, con una capacidad de 2.846 hm3, tienen almacenados 1.344 frente a los 1.002 del año pasado a estas alturas y los 1.225 de la media de los últimos diez años.

Nueve de cada diez municipios pasan a estar en zona inundable al cambiar los criterios

Nueve de cada diez municipios de la Comunitat Valenciana pasan a estar en territorio inundable. Se dobla también la cifra de los que pasan a considerarse en riesgo alto de sufrir riadas o desbordamientos, de 48 en 2019 a 102 ahora. Un aumento significativo al seguir las indicaciones, más exigentes, del Patricova y la cartografía del Sistema Nacional de Zonas Inundables. Las evidencias del cambio climático, con lluvias torrenciales cada vez más frecuentes, son ya incontestables. De ahí el cambio de criterio por parte de la Generalitat unos días después del último gran temporal.

Con los nuevos parámetros, un total de 278 localidades son catalogadas como de riesgo bajo frente a las 163 de hace un año, mientras que son 125 las que se sitúan en riesgo medio respecto a las 88 de antes. Solo 37 consistorios figuran como exentos. La Generalitat Valenciana hacía público ayer que ha incluido nuevos indicadores de vulnerabilidad basados en la afección al tipo de uso del territorio, priorizando así el impacto sobre las zonas pobladas.

Otra novedad es la incorporación del riesgo de inundación de origen marino y la operatividad cuando se den fenómenos costeros relevantes como fue el caso de Gloria. El secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, hacia hincapié en «la necesidad de que todos los municipios tengan elaborados sus planes de actuación, porque son el marco de referencia para actuar coordinadamente y con anticipación en el momento en que la emergencia ocurre». 

Ayudas para redactar planes

Hasta hace unos meses, aproximadamente un 78 % de los municipios obligados a tener una planificación antirriadas no la había redactado. De los 542 consistorios valencianos, 505 pasan a tener que cumplir con la nueva exigencia. La Generalitat habilitará una partida de ayudas a tal efecto.

El pleno de la Comisión de Protección Civil homologó ayer catorce planes municipales, ocho de ellos territoriales, dos frente a riesgo de incendios y cuatro frente a inundaciones, entre estos últimos el de Benifaió, una de las poblaciones que pidió la declaración de zona catastrófica el pasado viernes. La consellera Gabriela Bravo estará visitando este jueves los puntos más afectados, un día antes de que el Pleno del Consell aborde y apruebe las ayudas para paliar los enormes daños sufridos por las lluvias en bienes, infraestructuras y la agricultura.

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