La hostelería, la restauración, el ocio nocturno y el sector de eventos y catering de la Comunitat Valenciana se ha sumado este jueves a la jornada de protesta nacional para exigir un plan de rescate directo con ayudas tanto del Gobierno como de la Generalitat y ayuntamientos, ante las últimas restricciones por el coronavirus, los meses de "cierre encubierto" y la "sangría" de trabajadores que se ven abocados al paro, a las puertas de una campaña de Navidad que temen caótica.

"Nos están dejando morir lentamente, peligran 10.000 empresas valencianas", ha alertado el presidente de la Federación de Hostelería de Valencia (FEHV), Manuel Espinar, en rueda de prensa en el Ateneo antes de la concentración en la plaza de la Virgen, junto a representantes de bares, restaurantes, banquetes, pubs y discotecas.

Bajo el lema 'Sin ayuda nos arruinan', los hosteleros han salido a la calle en toda España para alertar de su situación alarmante y reclamar el pago de la Seguridad Social de los autónomos y el coste de asumir a los trabajadores en noviembre, tras el toque de queda y la limitación de aforos y de reuniones a seis personas.

"Decimos 'basta ya', estamos muy cansados de este maltrato", ha denunciado el portavoz tras la reunión que mantuvieron este miércoles con la consellera de Sanidad, Ana Barceló, a pesar de que ella no tiene "ninguna competencia" en hostelería. Exigen así que les atienda el 'president' de la Generalitat, Ximo Puig, y el conseller de Economía, Rafa Climent, quienes "tienen la llave".

A su juicio, el gobierno valenciano actúa "sin consenso y sin conocimiento" de su situación, al decretar todas las restricciones "a las puertas del fin de semana" dejándoles sin capacidad de reacción y con el personal y las reservas para los eventos contratados. La última resolución de Sanidad se aprobó precisamente el pasado viernes.

10.000 locales en peligro

Todo ello les supone "trabajar a pérdidas y que los cierres se vayan sucediendo: peligran el 30% de los locales de la hostelería, 4.000 en la provincia de Valencia y más de 10.000 en la Comunitat". "Sin las barras para consumir estamos en la más absoluta ruina", ha lamentado el titular de la FEHV.

Los hosteleros sienten que son "el chivo expiatorio de esta pandemia" y urgen a las administraciones a que imiten los planes de rescate de Alemania o Francia, así como el autonómico de Murcia, para lo que han entregado su manifiesto a la delegación de Gobierno en la Comunitat y a las subdelegaciones provinciales.

En todo caso, insisten en que su lamentable situación no es puntual y la llevan arrastrando desde la desescalada, a pesar de los "pequeños momentos de efervescencia en verano", con lo que las empresas que siguen abiertas es porque tenían dinero de sobra previamente o porque han ido consumiendo los créditos: "Estamos prácticamente en un caos financiero para las próximas semanas".

Y vuelven a hacer hincapié en que los bares y restaurantes "no son focos de contagio" y en que su cierre supone que "se van a multiplicar las fiestas ilegales y los botellones". "Las cenas ya prácticamente se las han cargado, de lunes a jueves tenemos todo vacío, y si llega a Navidad solo nos quedará la franja de la comida", ha advertido el presidente de la patronal.

Si todo sigue así, la solución que creen que les queda es directamente el cierre, ya que "ir a más pérdidas es imposible", lo que supondría que los 155.000 trabajadores del sector en la Comunitat podrían ir al paro. Reclaman así que el Gobierno derogue la obligación de mantener empleos durante seis meses por ERTE para disponer de más flexibilidad.

Una de las industrias más afectadas es la de la "felicidad", como alertan desde la Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines (Fotur), "en colapso financiero y a punto de tirar la toalla e ir directamente al cierre".

Salas de fiesta, baile, discotecas, pubs, cafés-conciertos o teatros, tablaos, salones de evento y celebraciones, locales de juego, festivales, eventos y espectáculos... hasta 862 empresas de la Comunitat "agotadas financieramente". Según sus cálculos, entre todas han soportado estos meses unos costes de estructura de 53,34 millones, la mayoría con recursos propios y préstamos, por lo que piden ayudas de 12.000 a 75.000 euros por establecimiento.

Plan de rescate

El plan de rescate que exige el conjunto del sector incluye ayudas directas de 80 millones a fondo perdido para la supervivencia de empresas y autónomos, junto a eliminación o reducción del pago de los alquileres de locales durante el periodo de cierre o restricciones.

En materia de impuestos, piden una bajada del IVA al 4% y que no se creen nuevos ni se suban los directos o indirectos, así como la supresión del pago de tasas (terrazas, basuras y alcantarillado) y bonos de consumo en establecimientos con ventajas fiscales.

También solicitan nuevas líneas de financiación específica y microcréditos a empresas del sector avaladas por el Estado, además de moratorias en los préstamos hipotecarios y flexibilizar las condiciones de los créditos ICO mediante la ampliación de los periodos de carencia de la devolución y del plazo de amortización.

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A nivel laboral, urgen a exonerar las cotizaciones a la Seguridad Social y a ampliar los ERTE durante 2021. Y hacen hincapié en la necesidad de un plan estratégico para la gastronomía y el ocio y de que se reabran todas las actividades de ocio nocturno.

Otras de sus peticiones son campañas de reactivación del consumo, promoción turística y publicitarias, la aplicación de los fondos europeos de reconstrucción, mantener la flexibilidad de bajada de potencia y reducciones de costes en suministros de energía (electricidad, agua o gas), agilizar los procesos administrativos y de concesión de licencias y más coordinación entre administraciones.