La situación de la pandemia de coronavirus en la Comunitat Valenciana es mejor que otras comunidades autónomas y que países del entorno, pero no está bien: hace un mes inició un cambio de tendencia que se ha traducido en un agravamiento acelerado y en un aumento constante de contagios, hospitalizados y fallecidos.

    De hecho, esa evolución epidemiológica le llevó a ser la primera en aplicar el toque de queda nocturno, y a adoptar medidas como el cierre perimetral de la comunidad autónoma -que hoy se ha prorrogado una semana más-, el confinamiento de dos municipios, y restricciones de aforos en comercios, hostelería y ceremonias.

    Cifras de récord

    Solo en lo que va de semana, la Comunitat ha registrado el récord de contagios diarios de toda la pandemia (2.341) y de fallecidos en un día en esta segunda ola (39), mientras que ha superado la barrera de los 2.000 fallecidos a causa de la covid-19, de los que un tercio eran ancianos de residencias.

    Preocupa además el incremento de hospitalizaciones (ya son 1.580 los hospitalizados, como en la segunda semana de abril) y de ingresos en la UCI (son 260, como a finales de marzo, y ocupan el 36,5 % de estas camas, según informó la consellera de Sanidad el martes), aunque aún se está lejos de alcanzar los picos de la primera ola.

    En este contexto, hoy entra en vigor una resolución de la Conselleria para poder disponer de los establecimientos y personal de la sanidad privada y las mutuas en caso de que no se pueda atender la demanda asistencial, y el lunes se activó el Plan de respuesta ante un posible agravamiento de la pandemia.

    La Comunitat se mantiene como la autonomía peninsular con menos incidencia acumulada a catorce días, si bien esta cifra roza ya los 300 casos por cien mil habitantes (297,20), cuando el lunes estaba en 248,07. También sigue subiendo el porcentaje a casos activos, que son el 17,42 % en estos momentos.

    Otro dato que no deja de subir es el de las residencias de ancianos con algún caso de covid, que según la última actualización eran 73 (dieciocho más que hace una semana), de las que 14 están bajo vigilancia activa de la Conselleria de Sanidad (cinco más).

    Cirugía fina

    Ante esta escalada de los datos, la postura del president de la Generalitat, Ximo Puig, ha sido optar por la "cirugía fina" e ir adoptando medidas que a su juicio no pueden ser "compulsivas", sino basarse en la "proporcionalidad y corresponsabilidad", desde la premisa de que "ninguna medida es neutra".

    Sin embargo, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, reclama desde hace días medidas más restrictivas para combatir la pandemia, que permitan "frenar en seco" los contagios, porque "más vale un tiempo de restricciones mas contundentes que estar siempre dudando".

    Quienes han rechazado las medidas adoptadas son los hosteleros, que han salido esta semana a la calle a protestar contra unas reducciones de aforo que aseguran que hacen inviables sus negocios y a reclamar un plan de rescate dotado con 80 millones de euros a fondo perdido y que se reabra el ocio nocturno.

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    Con todo, el horizonte en el que trabaja el Gobierno valenciano es el del 9 de diciembre, fecha en que acaba el toque de queda nocturno, para estudiar posibles nuevas medidas -entre las que de momento Puig descarta el confinamiento domiciliario-, aunque con la premisa de hacerlo antes si la evolución epidemiológica así lo aconseja.

    Mientras tanto, está por ver si se cumple un estudio computacional de la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas que prevé que el número de contagios alcance su pico en España a finales de noviembre, el de hospitalizaciones siga creciendo hasta los primeros días de diciembre, y el de muertes hasta principios de 2021.