La Conselleria de Sanidad ha reconocido 7,2 millones de euros en facturas de varios hospitales privados de la Comunitat Valenciana por las urgencias no covid-19 que tuvieron que atender al no tener capacidad los hospitales públicos en marzo y abril por el colapso de la primera ola de la pandemia.

La Administración ya formalizó el pasado mes de septiembre dos contratos de urgencia con casi 900 facturas contraídas por un valor de algo más de 6 millones de euros. Ahora, Sanidad ha hecho lo propio con un tercer expediente de urgencia que suma al cómputo total 1,2 millones de euros más por otras 195 derivaciones de casos urgentes.

En su mayoría se trata de pacientes del Hospital de la Vila-Joiosa con problemas urgentes y serios como neumonías, parálisis cerebrales, tumores, hemorragias, sepsis o insuficiencias cardíacas, que tuvieron que ser derivados al Centro Médico Salud (la Clínica Benidorm) y que suponen más de 760.000 euros en gastos.

Hay, además, pacientes derivados desde el Hospital Clínico de València (a la Casa de la Salud y el Hospital Quirón Valencia); pacientes del hospital de Vinaròs al Rey Don Jaime de Castelló; del Hospital de Orihuela a la clínica Quirón de Torrevieja y algunas facturas sueltas del Hospital General de València, el Doctor Peset y la Fe por pacientes derivados al Hospital IMED de Valencia, grupo que hasta ahora había recibido la mayoría de derivaciones.

Desde la Conselleria de Sanidad no han concretado en estas semanas si quedaban expedientes de pago pendientes de la primera ola aunque es más que posible porque la orden emitida en aquellos días desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria era la de derivar «el máximo de actividad no covid» a la privada.

Ahora, y tras el importante aumento de contagios y hospitalizaciones que se está registrando desde mediados de octubre, Sanidad ya se está preparando legalmente por si la derivación de urgencias a la privada volviera a ser una necesidad.

A la privada, pero pagando

Así, desde la Administración ya han adelantado -tal como publicaba ayer este diario- que se va a reeditar el decreto de marzo que permitía a la Conselleria de Sanidad contar con todos los recursos de la privada si fuese necesario e incluso medicalizar espacios públicos o privados, decreto en el que se basan estas derivaciones.

Y es que esta orden para que la privada se ponga a disposición de la pública no supone, en la práctica, «expropiar» recursos sino que, como en este caso, las empresas privadas quedan comprometidas a ocuparse d e los pacientes que no pueden ser atendidos en la pública aunque, eso sí, siempre a cambio de una tasa que está establecida en la ley 20/2017 de la Generalitat. Así, si las cosas volvieran a complicarse, la conselleria se asegura con esta resolución mayor capacidad de atención sanitaria aunque; eso sí, pagando por estos servicios.

Como sucedió en los dos primeros reconocimientos de pago, los pacientes oncológicos son los más numerosos en estas derivaciones, aunque también hay personas que habían sufrido fracturas graves, con problemas de corazón, neumonías, infecciones graves, hemorragias gastrointestinales o ictus. El gasto que cada atención sanitaria lleva aparejado es, muy dispar. Por ejemplo, hay dos pacientes de la unidad de críticos del Hospital Clínico de València (uno de los que tiene mayores problemas de espacio y cuya UCI está ahora mismo también al límite) que se enviaron en la primera ola a la Casa de la Salud, también en València capital.

La factura por cada uno de ellos ronda los 4.000 euros aunque no es, ni de lejos, la factura más elevada. En esta tanda de pagos hay facturas únicas que superan los 100.000 euros, en concreto una reconocida al Hospital de IMED Levante-Benidorm por un paciente con neumonía vírica que se trasladó desde el Hospital de la Vila-Joiosa.

Por ahora, en esta segunda ola, la sanidad valenciana todavía no ha tenido que derivar urgencias como fracturas, cardiopatías o hemorragias a las clínicas privadas porque la presión hospitalaria todavía no ha llegado a los niveles extremos de marzo pero sí se han derivado ya 26 pacientes de UCI —según los datos aportados por al consellera de Sanidad, Ana Barceló, el pasado viernes— desde los hospitales públicos más saturados, algunos de ellos a clínicas privadas.

Así, el IVO y el hospital IMED ya han recibido dos pacientes de Sagunt y otros 18 de Orihuela, la mayoría pacientes oncológicos, una de las patologías no covid que más predominan.

Los más beneficiados

Con estos tres paquetes de facturas, los hospitales del grupo Vithas y los tres del grupo IMED se destacan como los más requeridos por la sanidad valenciana. El primero reúne más de 2,9 millones de euros en facturas de pacientes atendidos en sus siete centros mientras que el grupo IMED, con tres centros, ha atendido pacientes por un valor casi idéntico: 2,8 millones de euros.

Por detrás, está la Clínica Benidorm, con 788.000 euros en facturas y la Casa de la Salud y el grupo Quirón (con dos centros) con 330.000 y 364.000 euros facturados respectivamente.