Bajan las temperaturas, se acerca el invierno y, sin embargo, hay hogares donde no pueden poner la calefacción. O donde encenderla significa ahogarse en gastos. O tener que retrasarse con las facturas. El informe sobre la Actualización de Indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética del Ministerio de Transición Ecológica muestra que esta es una situación que viven, de una u otra forma, más de 300.000 hogares valencianos según el parámetro con el que se contabilice.

La pobreza energética se mide con índices, cálculos y porcentajes técnicos y se expresa con conceptos que suenan a abstracto y, no obstante, es una realidad tan dura como tiritar en casa, acostumbrarse a las manos congeladas, a pasar los días entre mantas o a privarse de otras compras por no pasar frío.

En el informe del departamento que dirige Teresa Ribera se señala que un 10,53 % de los hogares valencianos sufren «pobreza energética escondida» , es decir, que su gasto energético por unidad de consumo es menor a la mitad de la media.

Este es uno de los cuatro indicadores que utiliza el informe que entiende, en este caso, que estar por debajo de este umbral a la hora de encender la calefacción o dar la luz es por dificultades económicas. En concreto, el 10,53 % de los dos millones de hogares valencianos significa que, en total, este problema afecta a alrededor de 211.000 unidades domiciliarias.

Este dato (de 2019) es peor que el 9,78 % registrado en 2018 lo que supone que haya 16.000 casas más en la Comunitat que tienen un gasto energético de la mitad de lo habitual. Las cifras sitúan a la valenciana como la tercera autonomía con mayores dificultades tras Extremadura y Andalucía sin contar a las dos ciudades autónomas ni a Canarias, cuyo invierno no conlleva un descenso considerable de las temperaturas. El número de 2019 es, no obstante, cuatro puntos mejor que el de 2016 cuando este problema llegaba al 14,89 % de hogares.

Retrasos en las facturas

Pero este no es el único indicador de los problemas de suministro que muestra el Gobierno y que son en los que se basará para elaborar su batalla contra este tipo de carestía. Otra de las formas «para indicar la necesidad de una medida prestaciones a corto plazo para garantizar el suministro eléctrico» (ayudas públicas, por ejemplo) está en el retraso del pago de las facturas. Un 7,8 % de los valencianos sufrió en 2019 un retraso a la hora de abonar sus obligaciones energéticas, tres puntos más que en 2018, pero uno y medio menos que en 2016.

El informe también registra que un 6,1 % de los hogares no podían en 2019 mantener una temperatura adecuada en la vivienda en invierno. El dato es un punto peor que en 2018, pero supone una reducción de 14 puntos respecto a 2016 cuando este problema, que desde el ministerio también achacan a la eficiencia energética de los hogares, afectaba a más de 400.000 viviendas.

Por último, también mesura el «gasto desproporcionado» cuando el pago de las facturas energéticas respecto a los ingresos de la unidad familiar representan más del doble a la media. Este problema llega al 15,51 % de los hogares, es decir, a más de 311.000 familias, aunque ha mejorado respecto a 2018 cuando afectaba a 20.000 hogares más.

Por debajo de la media en tres de cuatro parámetros

Los datos ofrecidos por el Ministerio de Transición Ecológica en su último informe sobre pobreza energética revelan que la Comunitat Valenciana se encuentra en pobreza energética mejor que la media estatal en tres de los cuatro parámetros analizados (en uno por centésimas). Así, la Comunitat se encuentra por debajo (por lo tanto, en mejor situación) en porcentaje de viviendas que no tienen una temperatura adecuada en invierno (un 6,1 % mientras que en la media estatal es de 7,6 %) y en gasto energético desproporcionado (15,5 % frente al 16,7 % estatal) mientras que está en la media en pobreza energética escondida (10,53 sobre 10,6%). No obstante, es mayor el porcentaje de familias con retrasos en el pago de facturas (7,8 % frente a 6,6).