Mercedes Delgado Alcázar (Palencia, 1994) es una joven valenciana de padre y madre notarios (en Xàtiva y Villar del Arzobispo, respectivamente) de vocación total. Por eso niega la mayor a la hora de decir que fueron ellos quienes le inculcaron el oficio. Eligió ella. Su brillante resultado en los exámenes de este año, celebrados en lo peor de la pandemia en el Colegio Notarial de Andalucía, deja paso a una nueva vida con solo 26 años.

¿La oposición a notarías es tal vez la más dura y exigente?

Es una oposición que yo llamaría de alto rendimiento; la verdad es que te exige una cantidad de horas tremenda, es muy sacrificada. Es una vida para el estudio, diez o doce horas al día, durante muchos días, muchas semanas, muchos meses... más de tres años así. Pero tengo la convicción de que es una oposición bonita también porque supone estudiar una materia en profundidad. Lo haces con ganas de profundizar en ello, de adquirir conocimientos. Pero es sacrificadísimo.

¿Qué papel juega en estas oposiciones el preparador?

Fundamental. En mi caso, la estructura montada que tenía alrededor ha sido fundamental. Sin mis padres y mis preparadores, hoy no estaría aquí. El preparador pasa a ser de un completo desconocido a una personas totalmente dentro de tu vida: de broma digo que me acostaba pensando en ellos y me levantaba pensando en ellos también. Me orientaban en todo momento. Mis dos preparadores de oral, Jorge Milz y Manolo Zamora, se convirtieron en mi paño de lágrimas: les confesaba mis momentos de debilidad, mis dudas, mis agobios, mis lloros incluso...

¿Lo peor del proceso es ese terrible dictamen? ¿En qué consiste?

La técnica de los orales ya es dura, porque claro: cantar una hora seguida, cronometrado, a esa velocidad es muy complicado. Yo pensaba, cuando ya había pasado los dos orales: qué alegría. Bueno, pues es que llegas a la preparación del dictamen y te explota la cabeza. Tienes, en el mejor de los casos, dos meses para preparar un examen cuya técnica cambia radicalmente: pasas de examinarte oralmente de teoría, de artículos... a un caso práctico en nada más y nada menos que seis horas y que el enfoque sea eso: práctico, no teórico. Y es que tiene hasta un componente físico: seis horas escribiendo, sin parar.

Qué se busca con un nivel de exigencia así? ¿Una barrera infranqueable o generar profesionales lo más sólidos posible?

Sin duda que lo que se pretende es buscar unos profesionales absolutamente preparados y comprometidos. Son procesos con los que se busca a profesionales lo mejor preparados posible, sí.

En la oposición a notarias hay que aprender textos de manera absolutamente literal...

Eso es la cruz de esta oposición; qué cruz. La teoría la puedes saber, la puedes explicar. Pero los artículos del Código Civil se aprenden literales, sí. ¡El tiempo que hace falta para aprender un artículo de manera literal! Pues imagínate 1.976 artículos. Muchísimo tiempo, muchísimo desgaste, y en mi caso la ayuda, entre otros, de mi novio, pobrecito que es un santo y se los cantaba a él.

Sabe que mucha gente considera que un notario es un abogado, alguien al que se le consulta...

Sí, sí, eso ocurre bastante. La de notario es una función con una naturaleza compleja, porque en principio al ser fedatarios públicos somos funcionarios. Pero también profesionales del derecho; también estamos para asesorar. Y es más, nuestro asesoramiento es gratuito. Pero una cosa de mi profesión que creo que me apetece mucho conocer es precisamente eso, escuchar a gente que te plantea sus dudas, inquietudes, problemas... y que tú les puedas orientar. Es más, en el poco tiempo que llevo, una persona vino para hablarme de un testamento. Y me contó su vida. Entera. Es la parte más humana.

¿Percibe que no se conoce a fondo el cometido un notario?

Creo que no; yo, directamente, he detectado que al notario se le tiene por alguien gris, distante, frío y sabelotodo. Y en realidad, a veces en una notaría se ejerce casi el papel de un confesor por el tipo de problemas que te cuentan.

¿Cuál ha sido su primer trabajo en esta notaría? ¿Una herencia muy compleja, tal vez?

Qué va, para nada. Lo primero ha sido una cosa sencillísima: un poder para pleitos. De broma, hasta mi padre me dijo que vaya manera de empezar, ya que es un documento sencillísimo ¿Para este viaje, tantas alforjas?, bromeaba.

¿Hasta qué punto las notarías son un termómetro de la crisis?

Lo son, sí,. En una notaría se gestan transacciones económicas. Y por lo tanto, sí, te das cuenta de si la economía va bien, mal, regular. No por mí, lógicamente, que acabo de empezar, pero por mis padres sé que los notarios veían ya muy claramente por ejemplo la crisis de 2008; detectaban la que estaba viniendo porque se reducen las operaciones, sí.

¿Qué le dirías a la gente que opina que requerir los servicios de un notario es algo muy caro?

Pues claramente, que muchísimo más caros serían los problemas a los que a lo mejor se tiene que enfrentar. Por decirlo de algún modo, el notario resuelve muchas veces algo que iba camino de los tribunales. ¿Qué es caro? ¿Qué es barato? No lo sé. Sí, sí, admito que la sensación generalizada es esa, pero muchos se sorprenden al preguntarte: ¿Cuánto me puede costar hacer testamento? Pues 50 euros. Si por acudir a un notario y resolver un asunto legal evitas el tener que ir a los tribunales u otros quebraderos de cabeza, no me parece nada caro.

¿Qué le diría a esa persona que por dejadez, temor; por superstición no hace testamento?

Les diría claramente que compensa, que hacer testamento compensa económica y emocionalmente. Si no lo haces, han de venir sus herederos a hacer un acta de declaración como tales. Hay que respetar unos plazos, unos procedimientos. Eso se evitaría.

Padre notario y madre notaria. ¿Te dijeron: tú, también notaria?

No, no. De hecho, mis dos hermanas han ido totalmente por otro lado. A mis padres el día del nombramiento les di las gracias pero no por inculcarme el querer ser notaria, sino por apoyarme tantísimo en mi decisión. Yo, desde muy pequeña, les he visto tan encantados con su trabajo, tan realizados, que a mí esta profesión ya me llamaba la atención desde muy pequeña. Para mí, con los años, un planazo era ir a la notaría de mi padre.

Curiosamente, tu madre fue notaria de Simat hace años.

Sí, sí, eso fue muy curioso. Me hizo mucha ilusión que entre las posibles elecciones de proximidad a Valencia estuviera Simat. Curiosamente, hace unos días cancelé unas hipotecas que había firmado mi madre aquí. No pude resistir el comentarlo y les dije: miren, esto que autorizó mi madre en el año 96, pues hoy lo cancelo yo.

¿Cómo ve la situación actual con la pandemia, la crisis?

La verdad, soy una recién llegada y vengo, en cierto modo, de una realidad paralela como las oposiciones. Ahora empieza otra cosa. Estoy muy contenta y feliz. Tengo que estarlo. Pero es innegable que la situación económica, social, sanitaria, es complicada y pinta muy mal.