Ninguna figura al margen de la política ha adquirido tanta proyección pública como él durante la pandemia. Con su imagen perenne clavada en las pantallas durante los últimos ocho meses, no es de extrañar que Fernando Simón coseche al mismo tiempo animadas pasiones y odios viscerales en una sociedad polarizada por la gestión coronavirus y tan acostumbrada a la producción en serie de héroes caídos. Pero las duras críticas procedentes del colectivo de profesionales sanitarios han puesto al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias en una situación muy comprometida que alimenta el debate sobre su continuidad. Y en la Comunitat Valenciana los profesionales y los expertos investigadores están tan divididos al respecto como en el resto de España.

Todos los colegios de médicos del país excepto el de Cataluña han exigido la dimisión de Simón «por su incapacidad manifiesta y prolongada a lo largo de la evolución de la pandemia». Indignadas, las organizaciones profesionales han pedido al epidemiólogo que rectifique unas declaraciones en las que aseguró que los sanitarios han aprendido con respecto a la primera ola y «tienen un mejor comportamiento, evitando contagiarse fuera de su espacio de trabajo».

En suelo valenciano, el presidente autonómico de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la coordinadora de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Vicente Gasull y Mª Ángeles Medina, coinciden en el veredicto contra Simón. «No me atrevo a pronunciarme sobre la gestión porque la situación es muy difícil, pero ha dicho varias frases que son un menosprecio intolerable», asegura Gasull. «Todos los profesionales están poniéndose en riesgo, con escaso personal, condiciones mejorables y una sobrecarga inmensa. En lugar de dar ánimo, sus manifestaciones no ayudan. Estamos un poco hartos», incide el doctor.

En similares términos se ha pronunciado Medina, que considera al coordinador de Emergencias Sanitarias un «amortizado hombre del tiempo pandémico» y llama a su destitución. «Si tú dices que nos contagiamos menos porque nos portamos mejor, no mereces el cargo que ostentas. Deja de insultar nuestra inteligencia», le espetó en sus redes sociales a Simón la también portavoz del Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunitat Valenciana. Unas frases que denotan el nivel de crispación que se respira en el ambiente.

Las manifestaciones de los representantes médicos, sin embargo, contrastan con la opinión de reputados investigadores, epidemiólogos y virólogos que muestran su respaldo a Fernando Simón. «Pedir explicaciones en un momento dado por cualquier actuación es comprensible y legítimo, pero Fernando Simón no es el responsable de lo que se hace o no se hace desde el Ministerio de Sanidad. No es el responsable de todas las actuaciones, por lo que creo que pedir su dimisión no tiene mucho sentido», subraya Herme Vanaclocha, subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad e investigadora. Vanaclocha integra el Comité Científico Técnico Covid-19 que creó el Gobierno en marzo y desempeña en la Comunitat Valenciana una responsabilidad de perfil técnico similar a la de Simón a nivel estatal, aunque sin tanta exposición mediática.

El que también puede hablar con conocimiento de causa es Ildefonso Hernández, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández y exdirector General de Salud Pública del Gobierno de España. «El último comentario por el que se critica a Simón es cierto. Otra cosa es que sea oportuno», sostiene el también portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas).

Para Hernández, sin embargo, el papel del epidemiólogo como portavoz ha sido bueno y, más allá de comentarios inadecuados o fuera de lugar, no ve motivos para su dimisión si sigue manteniendo la confianza con la gente, que para éste es lo fundamental. «Transmite tranquilidad», recalca Hernández, antes de reiterar que Simón «no es el responsable de la gestión de la pandemia», sino que lo son los cargos políticos. «No tengo toda la información para decir que que su gestión está siendo buena, pero como portavoz siempre lo ha hecho bien», agrega el investigador, pese a lo cual advierte de que «siempre está bien renovar y a lo mejor es el primero que se quiere ir porque está cansado».

En su etapa como director general del S, Hernández desempeñó un papel similar de cara al público y sabe que «es muy agotador estar ahí». «Quita horas de sueño, es muy duro y tiene que estar pasándolo mal. Cuando te hacen muchas preguntas y te ves obligado a contestarlas aunque no tengan que ver con tu gestión es difícil no cometer ningún fallo», remacha.

Fernando Simón, en la diana de «objetivos políticos»

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Otra eminencia que expresa su «apoyo total» a Fernando Simón es Luis Enjuanes, el prestigioso virólogo valenciano del CSIC que trabaja en una de las v acunas del virus al frente del laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología. «Puede haber tenido alguna frase que haya dado lugar a confusión, pero es normal cuando tienes que comparecer diariamente», mantiene el experto, para quien tras los ataques al epidemiólogo hay otro tipo de intereses al margen de su capacidad como portavoz y científico. «Le han puesto en la diana de ciertos objetivos políticos, pero es una persona extraordinaria y no se merece ese tratamiento», sentencia Enjuanes, que coincidió con Simón en la comisión sobre el ébola.

También Rafael Bengoa, experto en salud pública, exconsejero de Sanidad vasco y exasesor de Barack Obama y de la OMS salió ayer a la palestra para cuestionar la petición de cese de los colegios de médicos. «No es la forma de avanzar. Cuando se dan errores en nuestro hospitales preguntamos “qué ha pasado” y no “de quien es la culpa”. Así aprendemos. Simón tiene mi apoyo para la tarea médica más compleja en décadas», se manifestó. Una controversia de impredecibles consecuencias.