La finca de la familia Blasco en la Barraca d’Aigües Vives de Alzira se adjudicó ayer finalmente a una oferta presentada in extremis por el precio mínimo que se exigía. La puja finalizaba a las 18 horas de ayer, tras permanecer un mes abierta, desde el pasado 19 de octubre. Durante todo este tiempo se habían presentado varios depósitos de 2.000 euros para optar a la subasta, aunque formalmente no se había pujado por ninguna cantidad.
Así permaneció la subasta, sin ningún precio presentado hasta que tres minutos antes de las 18 horas saltó la sorpresa y se presentó una oferta por 624.110 euros, la cantidad mínima por la que se podía pujar para obtener la finca familiar de los Blasco.
La propiedad que ha custodiado los secretos del clan Blasco está ubicada en el Camí del Carrascal de la Barraca d’Aigües Vives de Alzira y estaba valorada, según la tasación del Consejo de Procuradores de España, en un total de 891.058,60 euros. El doble de la valoración inicial que presentó el mismo Rafael Blasco cuando ofreció la propiedad a cambio de su parte de responsabilidad civil a la que tiene que hacer frente, junto a tes condenados más, por la primera condena de las piezas judiciales abiertas por el desvío de las ayudas a la cooperación.
La subasta la ha organizado el Tribunal de Cuentas, que embargó el inmueble, para recuperar parte de los 2,7 millones de responsabilidad contable por el desvío de 1.623.819 euros en subvenciones pagados a la a la Fundación Cyes para proyectos en Nicaragua de los que solo llegaron a su destino 43.953 euros. Otra parcela de naranjos de 21.746,99 m² valorada en 871,91 € se ha adjudicado por 1.500 euros.
