Un niño de siete años se precipitó ayer a un pozo del alcantarillado, de unos tres metros de profundidad, en el antiguo polideportivo del Saler. Por suerte el menor no sufrió heridas graves, pero la situación de esta alcantarilla, sin tapa y solo cubierta por unos tablones que cedieron por el peso del pequeño, suponen un riesgo para todos los chiquillos que frecuentan la zona.

El accidente se produjo ayer al mediodía cuando el menor iba acompañado de sus padres y de su hermano. Los vecinos critican que esta zona junto a la playa se encuentra muy descuidada y llena de basuras.