En los últimos meses, los españoles han tenido que adaptarse rápidamente al teletrabajo, una modalidad muy extendida en el resto de Europa desde hace años pero que, en España, era muy poco habitual.

De hecho, antes de la crisis del coronavirus, el teletrabajo apenas representaba el 4 % en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En cambio, esta forma de trabajo estaba mucho más normalizada en los países del norte de Europa, cuyos datos triplicaban los españoles.

Con la expansión del virus, el teletrabajo experimentó un gran crecimiento en España, hasta llegar al 34 % de la población ocupada durante el confinamiento.

Sin embargo, este crecimiento obligado y repentino no permitió planificar a la mayoría de empresas su implantación. Esto también afectó a muchos trabajadores que no disponían de los recursos necesarios para desarrollar correctamente su trabajo.

Los avances tecnológicos y las mejoras en telecomunicaciones han facilitado el proceso de adaptación a esta nueva forma de trabajo remoto. De esta forma, las empresas de telecomunicaciones han tenido que hacer un sobreesfuerzo este año para cumplir con la demanda de Internet.

«Este año hemos vivido 3 hitos: en el primero, Internet se convirtió en una herramienta básica para estudiar y trabajar; después, tuvimos que pedir a nuestros clientes que hicieran un uso responsable de la red, que en horas de alta demanda se multiplicó; ahora, estamos en una etapa en la que ha crecido la demanda en lugares recónditos y apartados», asegura Jordi Monsonís, gerente de HolaWifi.

Un modelo en auge

En este punto, la Encuesta de Población Activa (EPA) estima que el 30 % de los trabajos se pueden desarrollar a distancia, aunque esta cifra podría aumentar considerablemente en los próximos años. Además, un estudio realizado por la Universidad Jaume I de Castelló apunta a que esta forma de trabajo podría llegar a representar el 50 % del empleo en España en una década.

«Muchas empresas han comprobado que pueden ser igual de productivas sin hacer ir a sus empleados a una oficina física. Esto ha provocado que mucha gente ya no tenga la necesidad de vivir en grandes ciudades, donde la vivienda y los servicios tienen un mayor coste. Como consecuencia, los clientes nos piden cada vez más Internet en pequeñas poblaciones. Hemos hecho un enorme esfuerzo técnico durante esta crisis para llegar prácticamente a todos los lugares que nos demandaban los clientes», confiesa el gerente de HolaWifi.

Por último, la pandemia también ha alterado los hábitos de la sociedad. Según Monsonís, «ahora el consumidor particular valora más la cercanía. Lo mismo ocurre con las empresas, que han contactado con nosotros para dotar de conexión a Internet a sus empleados, o la administración pública, que también se ha puesto las pilas».