Tras la tregua que suelen dar las cifras durante el fin de semana, las estadísticas dieron ayer un nuevo baño de realidad para demostrar que la pandemia sigue ahí. La Comunitat Valenciana sumó un total de 2.185 contagios, según la actualización ofrecida ayer por la Conselleria de Sanidad Universal, lo que eleva la cifra de positivos en 95.970 personas.

La provincia de València vuelve a ser el epicentro de la pandemia con 1.111 contagios que elevan a 51.789 personas las contagiadas en la provincia de València desde el inicio de la pandemia. También es la que más defunciones registró con 11 fallecidos de los 18 notificados ayer (diez de ellos en residencias). El coronavirus también mantiene a 1.481 personas ingresadas en los hospitales valencianos de los 15.716 casos con la enfermedad activa que reconoce la Conselleria de Sanidad Universal. La cifra de enfermos críticos ha aumentado en una persona más ingresada en las unidades de cuidados intensivos (UCI) por lo que eleva a 299 los pacientes críticos.

Sanidad también notificó ayer a 42 brotes, 25 de ellos en la provincia de València y con el mayor foco en esta misma ciudad con un brote de origen laboral con 26 positivos notificados. La mayoría de estas eclosiones de positivos son de origen social.

Por último, los paros que realizan los médicos cada último martes de mes para pedir al Gobierno una sanidad de calidad, se sustituyeron ayer por concentraciones en hospitales y centros de salud, donde los facultativos se preguntaron por qué los aplausos «se han convertido en un recorte de derechos sin precedentes».

Los facultativos piden negociar

Durante las concentraciones, convocadas por el Sindicato Médico bajo el lema «Salvemos la sanidad» y de 15 minutos de duración, se ha leído un manifiesto en el que reclaman a Sanidad una negociación. «Son días como hoy en los que nos preguntamos por qué los aplausos se han convertido en un recorte de derechos sin precedentes, en dinamitar toda la formación especializada de este país y en poner en grave riesgo la continuidad de un Sistema Nacional de Salud de calidad», aseguran.

«¿Puede este país permitirse tener un ministro de Sanidad que se niegue a dialogar con los profesionales médicos, en un momento tan crítico como este? Evidentemente, no. Illa, diálogo o dimisión», reivindican.