Desde su importación hace casi una década, el ‘Black Friday’ se consolida cada vez más como el pistoletazo de salida de la campaña navideña para el comercio, pero este año se presenta más decisivo que nunca tras un ejercicio ruinoso para el sector por las consecuencias de la pandemia. De hecho hoy, último viernes de noviembre, es el día oficial, pero en los últimos tiempos se ha ampliado tanto su duración temporal como el tipo de productos que se rebajan.

Una dinámica que se ha acentuado este 2020 por la necesidad de liquidez de muchos negocios, especialmente pymes, y las restricciones de aforo al 50 % en los establecimientos, que empujan a adelantar las compras para evitar aglomeraciones. Esta coyuntura sanitaria y las medidas asociadas, además, convertirán a este ‘Black Friday’ en el más digital hasta la fecha, un desafío para muchos pequeños comercios, en su mayoría poco digitalizados e incapaces de competir con la gran distribución y los gigantes de la venta online en un momento decisivo para su viabilidad.

La lluvia de ofertas comenzó ya hace semanas. El elevado stock acumulado durante todo el año ha hecho que cadenas como El Corte Inglés hayan lanzado en esta edición su campaña más larga y agresiva de descuentos, incluyendo por primera vez en su historia artículos como juguetes. Oficialmente comenzó el lunes y acabará el domingo, si bien ya adelantó promociones en determinados artículos la semana previa. No son los únicos. También Fnac, MediaMarkt y por supuesto Amazon han ampliado.

Esta «carrera de descuentos» es percibida como «insostenible» por el pequeño comercio, que no dispone del mismo margen para poder rebajar sus productos y reclama «restablecer» los períodos de rebajas de invierno y verano, perdidos tras la liberalización de 2012.

Apuntan también que el actual sistema es perjudicial para el cliente, que «pierde garantías» ante la «ambigüedad» que generan tantos descuentos, algunos engañosos, según Confecomerç. «Determinados formatos disponen de mercancía comprada expresamente para ventas ocasionales con amplios descuentos, siendo artículos de menor calidad y cuya única función es servir de reclamo al consumidor». Y recuerdan un dato de la OCU tras el ‘Black Friday’ de 2019: el 17 % de los productos bajaron realmente sus precios frente al 29 % que los subieron.

Confecomerç impulsa iniciativas como tutorías digitales para ayudar al sector ante el poco peso que todavía tienen las ventas online, solo el 1,2 % del total facturado al año. «Uno de los obstáculos en el reto de la digitalización es la ausencia de áreas de marketing y comunicación en muchos comercios», factor que atribuyen al «alto coste de la inversión», que «entorpece» el avance en los cambios «que se requieren hoy en día».

El reto de la reconversión digital para el pequeño comercio es mayúsculo. Un estudio de Google sobre el ‘Black Friday’ apunta a que siete de cada diez compras serán online y grandes distribuidoras y logísticas aspiran a ser las grandes triunfadoras. DHL calcula incrementar hasta un 50 % su carga de trabajo y El Corte Inglés ha reforzado su reparto para recibir hasta el triple de pedidos por esta vía. Otro dato revelador es el empleo. Según Randstad, dos de cada tres contratos que se generarán en esta campaña serán en el sector logístico. Además, prevé que la contratación subirá un 9,5% en el sector de la logística mientras que en el comercio sufrirá un desplome del 23 %.

La Generalitat Valenciana, a través de la Dirección General de Comercio, Artesanía y Consumo, ha destinado este 2020 algo más de 8 millones de euros a ayudas para la implementación del comercio electrónico y la venta online, divididas en tres líneas para pymes, asociaciones y entidades locales.

La mayor de todas es la activada con motivo del estallido de la crisis sanitaria, por valor de 7,5 millones, y que va dirigida a cubrir los gastos de las pymes en la implementación de sus canales de venta en internet.

Asimismo, también ha firmado diferentes convenios con organizaciones del sector como Confecomerç o Unió Gremial para fomentar la promoción comercial de estos negocios, la digitalización del comercio de proximidad y programas para la formación de sus propietarios y trabajadores.

El conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, insistía ayer en la inauguración del Retail Future, un evento organizado por su departamento en colaboración con Pateco, en lo necesario de estos planes a largo plazo. «Hoy ya se han despejado las dudas que había hace unos años sobre la sostenibilidad y la digitalización (...), un proceso imprescindible en la lucha por la supervivencia del comercio y de la artesanía, que deben seguir generando riqueza y puestos de trabajo y dinamizando nuestras ciudades, para lo que es imprescindible disponer de instrumentos y financiación que faciliten la transformación digital de las pymes de estos sectores».

La Generalitat destina ocho millones para la reconversión

La mayor partida, de 7,5 millones, se activó para impulsar la venta ‘online’ ante la crisis de la covid

M L B. València