María José Solaz Viana, una mujer valenciana a la que llamó por teléfono el papa Francisco conmovido por su Fe ante la enfermedad degenerativa que padecía desde niña, ha fallecido a los 46 años de edad en su localidad natal, Caudete de las Fuentes.

María José, que era una persona que ya se había hecho célebre por la entereza y la fe con la que afrontaba cada día su enfermedad (suya era la frase «Cada nuevo día es un regalo») recibió hace dos años una llamada personal del papa Francisco, quien quiso conocerla tras conocer su testimonio a través de la carta que la propia María José que le hizo llegar al Vaticano el antiguo párroco de Caudete de las Fuentes, Ricardo Fogués.

El párroco había invitado a María José a escribirle una carta al Papa para que él se la hiciera llegar en una audiencia a la que tenía previsto acudir. Cuando el párroco saludó al Pontífice, le habló de María José y le enseñó una foto que él le había hecho para la ocasión.

A los pocos días el Papa Francisco llamó a casa de María José y estuvo hablando varios minutos con su madre ya que, para entonces a María Luisa no le era posible hablar, pero contactó con ella y le aseguró que su historia le había conmovido.