Durante los últimos meses hemos realizado enormes progresos en el campo de la investigación espacial. Hemos abierto nuevas puertas a la ciencia tras los descubrimientos realizados. Incluso estamos cada vez más cerca de realizar las primeras misiones a Marte, nuestro planeta vecino. No obstante, en pleno siglo XXI, existe una región de la Tierra que se resiste a ser descubierta: las profundidades del océano.

A pesar de ser conscientes de que las mismas están llenas de vida (se calcula que entre los doscientos y los mil metros bajo el mar existe veinte veces más cantidad de seres vivos que en las altitudes más cercanas a la superficie) apenas conocemos sus secretos. Este reino de oscuridad, que ha sido protagonista de ríos de tinta a lo largo de la historia, dando lugar a las leyendas más impresionantes, está en peligro. El último estudio del que se hace eco la revista Nature y que ha sido liderado por un grupo internacional de científicos hace hincapié sobre la importancia de reducir el impacto humano en el reino abisal. De continuar como hasta ahora, en un futuro no muy lejano, la cantidad de vida que habita estas fascinantes aguas podría reducirse ostensiblemente, con consecuencias devastadoras y desconocidas para el planeta.

Por ello debemos hacer hincapié en dos cuestiones fundamentales: en primer lugar continuar investigando en pro de poder conocer mejor qué misterios oculta el mar. Y, en segundo, ser conscientes de la relevancia de cuidar las profundidades.