Estel Ortells ha estado acompañando a Carmen Falomir en los últimos meses. Ella es médica de Atención Familiar y Comunitaria y junto con el equipo de Enfermería y Trabajo Social del Centro de Salud Rafalafena de Castelló se ha encargado de hacerle un proceso de acompañamiento que califica de «atención cercana, compartida y muy comprometida con la paciente».

«Carmen Falomir ha sido un ejemplo de entereza y valentía todo este tiempo», asegura la quien, sin embargo, lamenta que haya sido un proceso «muy rápido, casi fulminante». «Comenzó con caídas, con huesos rotos, cortes y luego ha ido sufriendo más limitaciones», explica Ortells.

Ortells señala que la cuarentena dificultó la atención a pacientes crónicos como Carmen Falomir. «Teníamos que hacer el seguimiento sin presencialidad y abriendo otros canales de comunicación más allá del ámbito laboral como el WhatsApp y no es lo mismo», lamenta Ortells quien fue la encargada el martes de realizar la última visita médica domiciliaria en la que pudieron despedirse.