En su obra La secesión de los ricos de Antonio Ariño y Joan Romero, los catedráticos de Sociología y Geografía Humana, respectivamente, alertan de que las élites económicas viven un proceso de concentración de riqueza y poder que les aísla de la realidad que viven sus conciudadanos. Esta realidad la refleja el informe Pobreza Infantil y Desigualdad Educativa en España donde muestra que, si se habla de segregación económica en la escuela valenciana, se da más en las zonas ricas que en las pobres.

Un estudio que, además, incide en que la situación económicainterfiere de forma muy alarmante en la enseñanza del alumnado. En este sentido, el director de Save The Children en la Comunitat Valenciana, Rodrigo Hernández, alerta de que existe «una relación totalmente directa» entre las condiciones de la educación y el impacto de la pobreza y advierte de que un menor con recursos económicos bajos tiene «seis veces más posibilidades de repetir que uno con renta media con iguales conocimientos».

Según el documento elaborado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil del Gobierno de España, el índice de aislamiento en los alumnos aventajados económicamente respecto al resto es de 0,2 mientras que en el de los alumnos desaventajados respecto al resto es del 0,12. Es decir, es más probable que el alumnado rico no confluya en centros educativos de rentas medias que el de alumnado de recursos más bajos con otros de rentas medias.

Índice de segregación

En total, este índice de segregación es del 0,32 en la Comunitat Valenciana, la cuarta autonomía con mayor proporción solo por detrás de Madrid (0,45), Asturias (0,35) y Andalucía (0,33) y empatada con Cataluña.

Sin embargo, destaca en la inclusión de las rentas más bajas en centros educativos con rentas medias (es decir, evita la creación de guetos pobres) siendo la séptima con mejor dato.

El responsable de Save The Children, Rodrigo Hernández, remarca que la educación «es la palanca que puede romper que la pobreza se extienda generación tras generación», un problema que sufren el 30,4 % de los menores de 18 años, y por ello reclama que se cierren «brechas que se han visto agrandadas durante la pandemia» como la digital o la de disponer de un lugar adecuado para estudiar. «Si no tomamos medidas drásticas podemos tener una generación perdida y que la tasa de abandono escolar aumente del 16 % que tenemos ahora», asevera.