El primer ministro neerlandés Mark Rutte declaró ayer el cierre de guarderías, colegios e institutos, y de toda la actividad no esencial, lo que incluye comercios, gimnasios, prostíbulos y museos, hasta el 19 de enero, en el confinamientos más rígido aplicado desde marzo tras dispararse los contagios a unos 10.000 casos por día. Rutte, que calificó las medidas de «severas» y «drásticas» pero «vitales», pidió a los ciudadanos reducir sus salidas, confinarse, no viajar al extranjero y limitar el número de invitados a casa a un máximo de dos.