El Consell Valencià de Cultura y el Colegio Territorial de Arquitectos manifestaron ayer su preocupación y rechazo a la demolición parcial de la antigua Escuela de Ingenieros Agrícolas de Blasco Ibáñez aprobada, tal como adelantó Levante-EMV, la semana pasada, por la Conselleria de Cultura por vía de urgencia. Las demoliciones, que se empezaron a ejecutar el jueves, casi de manera inmediata después del informe de viabilidad de la directora general de Patrimonio, Carmen Amoraga, del día 7 de diciembre estaban ayer a punto de concluir tras cuatro días de trabajo de las máquinas excavadoras, incluido sábado y domingo.

La Conselleria de Sanidad pisa el acelerador para iniciar lo antes posible las obras de la ampliación del Hospital Clínico, un nuevo centro hospitalario, que se justifica por la emergencia sanitaria de la covid-19, que ocupará la manzana colindante de Agrónomos. Sanidad avaló ayer su intervención con un informe técnico sobre el valor patrimonial de las naves fechado en diciembre 2020 (sin especificar el día) elaborado por la C+G Técnica, la empresa que ha redactado el proyecto de demolición. El informe concluye que las citadas naves «no poseen valores patrimoniales a conservar».

El documento va a acompañado de un reportaje fotográfico del interior de las naves que albergaban los talleres de agrónomos. Unas construcciones que afirma el estudio «no son relevantes», puesto que son estructuras sencillas que tampoco cuentan con «motivos decorativos de interés». Añade que las naves han sido ya objetos de anteriores demoliciones.

Honda preocupación

Por contra, los derribos preocupan en el CVC. La comisión jurídica acordó ayer, a instancias del secretario ejecutivo, Jesús Huguet, y de la consejera Ana Noguera, incluir los derribos en Agrónomos en la comisión de gobierno de esta semana. El arquitecto y consejero, José María Lozano, pidió ayer al presidente del órgano consultivo, Santiago Grisolía, un pronunciamiento ese mismo día para manifestar su preocupación. Finalmente, se acordó que la remodelación de Agrónomos, sobre la cual ya había expresado sus dudas el arquitecto y también consejero Vicente Gónzalez Móstoles, se abordará en la comisión de gobierno y en enero en la comisión de Legado.

Más inmediato fue el comunicado que el Colegio Territorial de Arquitectos hizó público en redes sociales ayer por la mañana rechazando los derribos en Agrónomos sin que haya certeza, como recuerda el propio informe de la directora de Patrimonio, de que las naves que se tiran no sean parte del conjunto de la Facultad, cuyo edifico principal es Bien de Relevancia Local. «Nos preocupa que al amparo de las actuaciones de urgencia desaparezca un patrimonio arquitectónico de indudable valor, piezas modernas y contemporáneos que necesitan urgentemente la protección institucional».

Parte indisoluble del edificio

Recuerdan los arquitectos que el edificio de Agrónomos fue proyectado por Moreno Barberá, considerado uno de los «grandes maestros del Movimiento Moderno». El colegio manifestó ayer su «preocupación por la pérdida de los valores arquitectónicos que presentan las edificaciones universitarias del antiguo paseo de Valencia al Mar». Añaden que las naves «forman parte indisoluble del edificio y con su desaparición se desvirtúa el espíritu con el que se construyó».

Patrimonio advierte de la ausencia de un plan especial que se encargó en el año 2015 a la Universitat de València y que no se llegó a tramitar que regule los usos permitidos en el conjunto de las facultadas de Agrónomos, Psicología, Filosofía y Geografía e Historia, catalogadas como Bien de Relevancia Local.