La base logística del Ejército de Tierra que Alzira querría albergar tendrá una superficie aproximada de 500.000 m2, según trasladó el Ministerio de Defensa al alcalde de la ciudad, Diego Gómez, durante las conversaciones en las que demostró su interés por el proyecto. Éste supondría una inversión de unos 350 millones de euros y la contratación directa de unos 900 civiles, además de todos los puestos de trabajo que generaría de manera indirecta.

Son pocos los detalles concretos que el Ministerio ha hecho oficiales sobre el proyecto. Sin embargo, sí se conoce su intención de reubicar todas sus sedes logísticas en una gran envergadura para agilizar el trabajo y reducir costes. Además, las nuevas instalaciones permitirían dar un salto cualitativo al Ejército desde el punto de vista tecnológico. Éste se encuentra todavía en etapa de definición y decisión, ya que se buscan recursos para su ejecución.

Lo que está claro es que una instalación tan ambiciosa como pionera requerirá una gran superficie, de aproximadamente medio millón de metros cuadrados. «Defensa no nos ha dado tampoco más detalles. Sabemos que se trata de un proyecto que ya estaba previsto en una ubicación pero que no se desarrolló porque no llegaban inversiones. Ahora se espera financiación tanto de la Administración como de Europa para poner en marcha esta base, que permitirá racionalizar las instalaciones y optimizar su huella logística», apuntó Gómez.

Aunque el alcalde de Alzira reconoció que no se trata de un proyecto «de vida o muerte», ni para la ciudad ni para la Comunitat Valenciana, con el ofrecimiento manifestó su intención de abrir un debate político. «Me considero una persona pacifista que jamás querría una base militar que supusiera un peligro para mi ciudad. Pero es un proyecto a tener en cuenta por sus posibilidades.

Supondría una reactivación de la zona a todos los niveles, ya sea para la vivienda y la hostelería como para el conjunto de la economía y la industria», manifestó el alcalde alzireño, que añadió: «Hay que recordar que hablamos de unas instalaciones centradas en el apoyo logístico y tecnológico, yo no dejaría perder esta oportunidad y es un buen momento para iniciar este debate».

Lejos del casco urbano

La ubicación propuesta por Gómez es el sector Garrofera, situado a varios kilómetros del casco urbano de Alzira y entre Guadassuar, Tous y Massalavés. Se trata de un enclave cercano a la A-7 y sobre el que, durante los años del «boom» una promotora contempló la construcción de . viviendas y un campo de golf en un programa que abarcaba una superficie de .. metros cuadrados.

Las expectativas de crecimiento se fueron recortando a medida que la revisión del PGOU se alargaba y la crisis y la propia Generalitat obligaban a revisar el modelo urbanístico. La entrada en proceso de liquidación de la promotora que había presentado el PAI propició que el ayuntamiento resolviera el contrato hace un par de legislaturas e incluso se incautara de los . euros de fianza que había depositado el agente urbanizador como aval. Ahora el consistorio busca darle un nuevo uso a estos terrenos aunque deberá competir con otras ciudades españolas de mayor tamaño como Segovia, Toledo o Jaén.

Un plan que se alarga hasta 2035 y que reclama apoyo institucional

El Plan de Concentración de los Órganos Logísticos Centrales del Ejército de Tierra se marca como plazo hasta el año 2035 para completar las futuras instalaciones y deshacerse de las existentes. Alzira ve en la necesidad de Defensa una oportunidad económica para la ciudad, pero reclama apoyo supramunicipal: «Queremos que Alzira tenga importancia para el país, tenemos una posibilidad de ganar relevancia, pero sin el apoyo de la Generalitat no seremos nada».