Son autoescuelas digitales y están en auge, con licencia para operar y enviar alumnos al examen, y bajo la regulación de la Dirección General de Tráfico (DGT). Tienen profesores y vehículos, pero sin la obligación de ir de forma presencial. Ni para matricularse, ni para pagar, ni para ir a clase, ni para reservar las prácticas, ni para el resto de gestiones. Una alternativa ante el atasco que representan los más de 15.000 alumnos pendientes del examen de conducir.

Al no contar con un local para dar clases presenciales, el precio se abarata en un 40 % «y así el alumno puede reducir el coste del carné en unos 400 euros al reducirse los costes de gestión. De los 1.200 euros de media el precio se reduce a 800». Así lo asegura el portavoz de la Plataforma de Autoescuelas Digitales y responsable de la autoescuela Onroad (primera filial española del grupo francés Ornikar), Miguel González-Gallarza.

En la Comunitat Valenciana hay en la actualidad más de 800 alumnos preparando el examen teórico en una de las diez autoescuelas digitales que existen en el territorio valenciano.

Sin embargo, y a causa de una pandemia que ha convertido en un «cuello de botella» el acceso a los exámenes, hay 15.000 alumnos valencianos pendientes de las pruebas. En España, este negocio copa el 10 % del mercado y cuenta con 40.000 alumnos.

Mientras las autoescuelas tradicionales se reinventan en pandemia, las digitales han experimentado un crecimiento del 20 % de media desde el mes de marzo, con un pico del 30 % en los meses de junio y julio. Y esperan ir a más. Entre los objetivos para el año que viene destaca un crecimiento del 15 % de la facturación, unos 7.000 alumnos y 20 profesores. «Estas cifras supone el volumen de negocio de una autoescuela tradicional grande en València», explica.

Sin embargo, González-Gallarza recalca que este no es un caso de «competencia desleal» ya que no existe «analogía posible con Uber y el sector del taxi».

«Un modelo de convivencia»

«Este es un modelo de convivencia porque los profesionales son los mismos. Hay 17.000 profesores en España. No son ‘nuevos conductores’ ante los ‘taxistas’. Para dar clases hay que ser profesor titulado por la DGT, trabajes para una tradicional o para una digital. «Eso sí, como eliminamos gastos de gestión las condiciones laborales son mejores», explica.

Ahora bien, el sector reclama cambios en la regulación porque «para las prácticas nos ponen muchas barreras. Nos obligan a tener un local y el coche no puede ir a nombre del profesor (como ocurre en otros países) sino que debe ir a nombre de la autoescuela. Urgen cambios».