La suerte también llegó a la Safor en un doble golpe de suerte en la cercana ciudad de Oliva, donde un estanco repartía primero un quinto premio (6.000 euros del 43.831) y, poco después, un décimo del Gordo, del 72.897, con 400.000 euros para su agraciado comprador. Curiosamente, hacía poco más de un año que el estanco había cambiado de ubicación y se situaba en la calle Passeig Lluis Vives, una mudanza «que da un premio de esta categoría, explicó su propietaria, Ruth García, en declaraciones a Europa Press. Y muy cerca, en Xàbia, el primer premio también hacía una visita, fugaz, pero lo suficiente como para que un afortunado se lleve otros 400.000 euros de la administración de la calle Cristo del Mar, que regentan Víctor Benlloch y Paula Berenguer. La venta a través de terminal es la causa de estos repartos tan aleatorios, que lleva pequeñas grandes alegrías a las administraciones.