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Análisis

Nadie es puro, todos "ombliguean"

Que el acuerdo hoy de presupuestos sea ‘a medias’ reflejará exceso de tacticismo y las rencillas escondidas

Corts Valencianes

Todos actúan por los intereses de la ciudadanía y todos están haciendo valer sus intereses estratégicos. Es un enigma predecir si esta tarde habrá en las Corts una foto para la historia, un abrazo a cuatro, transversal, que trascienda bloques de derecha e izquierda. Parece hecho en la ley de presupuestos, pero parece imposible en la ley de medidas fiscales, la que prevé la forma de ingresar los 25.500 millones que hay que gastar. Los socialistas se ponen la venda antes de que sangre la herida y subrayan que acuerdo habrá, aunque sea cojo. Como el vaso: medio lleno o medio vacío. La foto igual: o gloriosa o movida, según quien la mire.

Que el pacto sea a medias refleja la cantidad de tacticismo en los últimos días. Y la abundancia de rencillas y miradas de reojo escondidas. Nadie es puro. Así es la cosa política.

Es verdad que Compromís y Unides Podem tenían ya una reforma fiscal pactada con PSPV, así que para qué otra que reduce aunque sea mínimamente la recaudación prevista. Pero también es verdad que a Compromís y Unides Podem prefieren evitar una foto que, observan, reforzará el liderazgo de Ximo Puig, el gran beneficiado personal, por tanto, de la estampa.

Es verdad que parece absurdo que no se cierre un acuerdo cuando la diferencia de posiciones es de 7 o diez millones en un presupuesto de 25.500 millones. Pero también es verdad que los socialistas son los que más ganan con la foto para afianzar su imagen de opción solvente y de moderación. Por eso no han ocultado el interés en entenderse con Toni Cantó.

Es verdad que suena raro que Compromís pacte cuentas provinciales con PP y Cs en Alicante y no pueda llegar a un acuerdo completo sobre los presupuestos de la Generalitat, algo a lo que Unides Podem (con el Podem de Pilar Lima) aparece hoy como el partido más contrario. Pero también es verdad que ese acuerdo autonómico dejaría solo a Unides Podem por la izquierda, terreno electoral que se disputan en cada procesión a las urnas. Un escenario seductor para el nuevo poder morado valenciano, que además marca distancias con el anterior.

Es verdad que en tiempos de pandemia y crisis interesa enviar un mensaje de cohesión política a la sociedad y un apoyo del 70 % de las Corts a la principal ley autonómica lo haría. Pero también es verdad que los partidos de la izquierda ya han cedido en algunos aspectos frente a los naranja. ¿También el último paso ha de ser de ellos y no de Cantó?

Es verdad que el giro de los naranja desde el inicio de la legislatura ha sido para marear al mejor timonel. ¿Se acuerda alguien de la entrada de Cantó en las Corts, revolviéndose contra Enric Morera? Todo eso es verdad, pero también lo es que Cs ya ha obtenido réditos de esta negociación y se lleva un protagonismo sobresaliente para un partido en horas bajas. ¿Necesita forzar hasta el final y quedar como el que rebaja impuestos a los valencianos?

¿No es demasiado tiempo perdido? ¿No es demasiado tiempo ombligueando?

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