Carmen San Claudio Veloso, alumna de 86 años es la decana del Centro Asociado UNED Alzira-Valencia mantiene intacta su inquietud por aprender y seguir creciendo personalmente, aún a su edad y con una amplia formación académica que, además, la mantuvo también en su vida profesional ligada al mundo educativo, pues estudió Filosofía y Letras y Pedagogía en el año 1975 fue psicopedagoga y orientadora en Buñol, Elx, Castelló (en la Ribera), Algemesí o Alberic, hasta su jubilación en 1999.

Ahoras, Carmen (A Coruña, 1934), estudia Historia del Arte en la UNED desde una residencia de mayores y explica que es una materia que le apasiona desde pequeña, cuando ya vivía rodeada de piezas que su padre adquiría, sobre todo cuadros y libros.

«Siempre me gustó, desde que estudié los dos primeros cursos de Filosofía y Letras en Madrid a principios de los años 50. El profesor de Historia del Arte era el director del Museo del Prado y tuvimos 15 días de clase en el mismo museo. Fue apasionante. Ese año fuimos de viaje de estudios a Italia y vine enamorada del arte», relata la mujer.

A pesar de que en la UNED hay estudiantes de todas las edades —con cursos especiales para mayores de 55 años— no es usual encontrar a alguien de edad tan avanzada. Según apunta la universidad, Carmen San Claudio Veloso cuenta con la ayuda de Soraya, la psicóloga de la residencia Ballesol de Valterna —en la que reside desde 2017 cuando quedó viuda X y donde está confinada desde marzo, por la pandemia—, que le deja el ordenador para ver las tutorías grabadas, así como de sus hijos, que le imprimen los documentos que necesita.

A Carmen, estudiar le produce grandes beneficios, sobre todo «satisfacción y crecimiento personal», a pesar de la situación sanitaria actual. Además, afirma que ayuda contra el aislamiento. «Estoy encantada de conectar de nuevo con el mundo universitario. Es interesante leer y adquirir cultura a través de los libros, pero el hecho de tener un objetivo, una meta y una orientación por parte de los profesores lo hace además muy estimulante. Me mantiene ocupada y conectada con el mundo, aunque yo procuro estar siempre activa. No me he aburrido nunca», reconoce.

A sus cerca de 90 años, se muestra convencida de que la suya es una generación especialmente resiliente, que creía que la responsabilidad «implicaba sacrificios» por un ideal. Por eso, lanza un mensaje a los jóvenes, en el contexto actual: hay que «aprender algo positivo de cada situación complicada. Superar las dificultades y decidir cambiar en beneficio de los demás te hace crecer interiormente»., al tiempo que lamente que a veces «la sociedad ha prescindido de los ancianos».

Carmen cuenta con un doctorado cum laude en Filosofía y Ciencias de la Educación, que obtuvo en 1993, y en su currículum también figuran estudios de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia y después un Grado Superior de Escultura finalizando en el año 2010. A pesar de que en 2013 sufrió un ictus que la le afectó gravemente a la movilidad de la parte izquierda, no cesa en su empeño por seguir aprendiendo.