El proceso de vacunación de la covid-19 dio comienzo ayer en la Comunitat Valenciana, donde se administraron 755 dosis a residentes y personal sociosanitario de la celebrada vacuna Pfizer BioNTech, más segura y fácilmente adaptable a las mutaciones del virus. Una jornada de «esperanza» que, como manifestó la consellera Ana Barceló, supone un punto y aparte «entre la tristeza por la ausencia de quienes nos dejaron y la vida que se abre paso». Pero, ¿este día «para no olvidar» es realmente el principio del fin de la pandemia de la covid-19?

Salvador Peiró, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, asegura, en la misma línea defendida por Salvador Illa, ministro de Sanidad, que «la vacunación supone el final de una situación extraordinaria» y que, además, «las nuevas tecnologías dan soporte a muchísimos otros tipos de vacunación». En este sentido, augura que los efectos sanitarios dependerán de las tasas de transmisión y celebra que una futura estabilización de los indicadores y una posible inmunidad de grupo el próximo verano permita «atender a más pacientes en otras áreas médicas». No obstante, insta a la ciudadanía a ser solidaria, pues «la vacunación es algo corriente, aunque la pandemia no lo haya sido» y, por ello, «no debemos relajarnos respecto a las medidas de seguridad e higiene».

Un pensamiento también compartido por Carlos Álvarez, epidemiólogo y catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública, que tilda de «muy necesario» que las personas de riesgo se vacunen. «Cuando esta población esté vacunada, la pandemia carecerá de peligrosidad en términos de mortalidad», apunta. «Confío en la actuación del Gobierno y de la Unión Europea, no se debe hacer lucha política de una cuestión sanitaria», destaca. Aunque prevé un aumento de contagios «mortuoso» tras las fiestas navideñas, afirma que «si el proceso de vacunación se hace bien, pronto se verán los resultados». Pese a ello, reconoce no atreverse a decir que la Pfizer es «el principio del fin», pero sí «un avance muy positivo».