Mano dura. El Consell ha optado por desplegar el peso de la ley para hacer cumplir las medidas de seguridad contra el virus ya impuestas antes que decretar limitaciones más severas. La decisión se produce en un contexto difícil: el martes se batió el récord de contagios en un día de la pandemia (3.590) y ayer el de muertes (70). Todo ello en vísperas del fin de año, con la hostelería y el ocio con un 80 % de reservas (del aforo permitido) ya realizadas.

El jefe del Consell compareció casi hora y media después de lo previsto, tras una reunión de coordinación de seguridad. Fue una declaración contundente y directa, pensada para abortar cualquier tipo de celebración festiva hoy. «Estamos ante en unas circunstancias excepcionales», dijo Ximo Puig.

Las cifras de afectados por la pandemia «son muy duras» y «el comportamiento debe ser absolutamente responsable, ya que cualquier imprudencia es letal para todos».

Este año «no hay Nochevieja ni tardevieja», sentenció. Llegó a ir más allá: «Está prohibida la Nochevieja y la tardevieja en los términos tradicionales». Esto es, que estas celebraciones solo están permitidas acatando la normativa, «en un ámbito absolutamente reducido y cumpliendo los aforos establecidos».

El president subrayó que desde la tarde de ayer y durante toda la jornada de hoy se va a producir el «máximo despliegue» de todos las fuerzas y cuerpos de seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil, Policía autonómica y local). Dijo Puig que «incrementarán sus operativos para controlar que aquellas fiestas que se han anunciado no incumplan ninguna de las medidas sanitarias para prevenir la covid-19».

«Las fuerzas de seguridad actuarán con toda contundencia. Algunos no han entendido bien la situación». La advertencia sonó clara. Puig ha insistido durante toda la semana en la preocupación por el llamado tardeo. Esto es, por el traslado de las conductas de riesgo por aglomeraciones y grupos de la noche a las horas de la tarde. Lo importante son los comportamientos, no los horarios, ha sostenido el president.

El jefe del Ejecutivo aseguró «una coordinación máxima de los cuerpos policiales para el control y la inspección de la tardevieja», dado que «están prohibidas las fiestas de Nochevieja y, por tanto, también las fiestas que se pretendan celebrar durante toda la jornada de fin de año».

No a las fiestas en chalets

Puig se refirió también a las celebraciones privadas y criticó las «fiestas en chalets o espacios privados», a los que es «más difícil atacar desde las fuerzas de seguridad». «Podrán estar superando esa situación de control, pero no la de que haya contagios y otras consecuencias más terribles», afirmó en su comparecencia.

El Consell ha optado por no adoptar nuevas medidas. Está en la línea ya expresada de no actuar de manera compulsiva, sino esperar que surtan efecto las vigentes. Si se cumplen. «Ya tenemos medidas muy restrictivas, pueden ir más allá, pero no nos gustaría», señaló Puig. «Lo que intentamos es que se cumplan, no actuar impulsivamente decretando medidas. La semana que viene tendremos reunión de la comisión interdepartamental para evaluar y ver si aplicar otras medidas, si es necesario». La puerta está abierta, pero siempre a partir de la semana próxima.

Los datos reflejan una situación preocupante. De nuevo, la incidencia de la enfermedad volvió a subir ayer.

Resolución de urgencia

Puig no se refirió a los pinchadiscos (dj) durante su comparecencia, pero la Generalitat por la tarde publicó una resolución de urgencia en el DOGV.

Esta modifica un punto de la publicada el pasado día 5 para ahora «suspender la actividad de los locales de discotecas, salas de baile, karaoke y bares de copas con y sin actuaciones musicales en directo. Y se suspende también la realización de karaokes y actuaciones esporádicas o amateur de canto en los establecimientos de restauración y hostelería. Tampoco se permiten las actuaciones de disc-jockeys, pinchadiscos, locutores y/o similares», según recoge.

«Imprudencia letal»

El texto cubre una laguna normativa por la que los locales de hostelería podían celebrar fiestas con «dj». La resolución viene así a prohibir de facto estas fiestas, que han levantado la alarma entre los responsables autonómicos. «Cualquier imprudencia es letal», remarcó Puig ayer. Si no, «habrá que decretar nuevas restricciones», subrayó.

«No se puede pensar en el concepto Nochevieja. Ni cotillón ni música ni bailes. El momento es excepcional, las cifras son muy duras», reiteró.

El president llegó a «suplicar» prudencia a los ciudadanos ante la situación: «Suplico que de verdad sean prudentes». Abogó por celebrar la Nochevieja a mitad del año próximo o ya en el ejercico siguiente, «pero no cotillones ni fiestas ahora», insistió. Puig anunció una reunión a la misma hora de su comparecencia con el sector empresarial del ocio nocturno. Estos lugares están abiertos para labores de bar y cafetería, pero «para nada más». La comparecencia intentó así «despejar que estamos ante un fin de año normal». Hoy se podrá ver si las advertencias han surtido efecto.

Advertencia a los ayuntamientos sobre su papel de vigilancia


La Conselleria de Justicia, dentro de su plan para reforzar las medidas sanitarias de cara al día de hoy, remitió ayer un escrito pidiendo a los ayuntamientos de la Comunitat que colaboren las tareas de concienciación y vigilancia de las restricciones a cumplir en bares, restaurantes y pubs. Pide que «informen a los responsables de los locales de ocio y restauración» de las medidas y les recuerda que «deben apercibir» a los propietarios que incumplan, que serán sancionados de «forma contundente».